ESTATUTO CATALUÑA

BLANCO ADVIERTE DE QUE SE MODIFICARA "TODO LO QUE SEA NECESARIO HASTA LOGRAR UN TEXTO VALIDO PARA TODOS" - Avanza una posición unitaria del PSOE que incluirá a los diputados catalanes y que se fijará el lunes en la Ejecutiva

- Niega desgaste electoral y sitúa al PSOE seis puntos sobre el PP en intención de voto

MADRID
SERVIMEDIA

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, advirtió hoy de que el Congreso de los Diputados debe modificar la propuesta de reforma estatutaria de Cataluña hasta lograr un texto que sea plenamente constitucional pero que sea también "válido para todos" y "conveniente" para el conjunto del Estado.

Durante su participación en el Fórum Europa, Blanco avanzó que la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE fijará el lunes una posición sobre su papel en el trámite parlamentario a partir del informe encargado al grupo de expertos constitucionales.

A partir de ahí, dijo, habrá "matices" y énfasis en distintos puntos, "pero habrá una posición que será la del PSOE". A la pregunta de si será acatada por los diputados catalanes, respondió contundente: "Sólo hay un grupo parlamentario en las Cortes Generales, cuyo portavoz es Alfredo Pérez Rubalcaba" y que será, junto al propio Rodríguez Zapatero, el que defenderá esa posición en la toma en consideración del proyecto, el día 2 de noviembre.

Blanco abogó por situar este debate "en su verdadera dimensión". "No estamos en un proceso constituyente ni fundacional en lo que se refiere a la organización del Estado español. No se discute sobre si queremos un Estado centralista o descentralizado; la opción está tomada y nadie la cuestiona", dijo.

"Tampoco discutimos sobre la presencia de Cataluña en España, porque España no se entiende sin Cataluña y Cataluña no se entiende sin su naturaleza radicalmente española: radicalmente, que viene de raíz", precisó.

No se discute, pues, el autogobierno de las nacionalidades y regiones ni la unidad de España. Sólo se trata de encontrar una fórmula para que el sentir de los catalanes plasmado en su Estatuto encaje plenamente con la letra y el espíritu de la Constitución.

Subrayó también que muchos de los contenidos de esa propuesta que se tachan de inaceptables ya están en el Estatuto vigente, "sin que España se haya roto ni el Estado se haya desplomado". "Por eso conviene no exagerar el gesto y medir el grosor de los adjetivos".

"TODOS Y CADA UNO DE LOS CONTENIDOS"

Con esa premisa, Blanco fijó tres principios para abordar el trámite parlamentario de esta reforma. El primero de ellos, que la propuesta es "absolutamente legítima" y debe ser, por ello, tomada en consideración por el Congreso de los Diputados.

El segundo, que no puede limitarse la capacidad del Congreso "para tomar las decisiones que estime pertinentes sobre todos y cada uno de los contenidos del proyecto que se somete a su consideración. El Estatuto es una ley del Estado y, como tal, está íntegramente sometido a la potestad legislativa del Parlamento".

Por ello, advirtió, el Congreso debe corregir los aspectos que se salgan de la Constitución, pero no sólo eso. "Nosotros no sólo queremos un Estatuto que sea constitucional, sino un Estatuto que funcione".

El tercer principio es que el único Estatuto "viable y deseable" es el que permita a Cataluña y España sentirse "cómodas".

Con todo ello, Blanco concluyó que "es profundamente errónea la pretensión de rechazar el proyecto sin entrar siquiera a considerarlo", como pretende el PP, y también la de que el proyecto sea aprobado "tal como viene" por el mero hecho de haber sido enviado por el Parlamento catalán, como quieren algunos de sus impulsores.

El único camino transitable, sentenció, es el diálogo para acordar enmiendas que garanticen un Estatuto "válido para todos". Entre esas enmiendas, precisó, se presentarán muchas de las defendidas por los socialistas catalanes y que fueron retiradas o rechazadas.

Por parte del PSOE, hay aspectos inasumibles, bien porque considera que desbordan el marco constitucional, o bien porque no son compatibles con su concepción del funcionamiento de un Estado moderno y descentralizado para ser operativo.

Es el caso de la definición de Cataluña como "nación" o los criterios sobre la financiación autonómica. En el primer caso, reiteró la necesidad de encontrar una fórmula para compatibilizar el fuerte sentimiento identitario de los catalanes con el artículo 2 de la Constitución.

Sobre la financiación, reiteró que sus principios deben ser acordados por el conjunto de las comunidades autónomas y no de forma unilateral.

Lanzó además un mensaje de tranquilidad a patronal y sindicatos al asegurar que el PSOE no avalará nunca ningún precepto que pueda suponer la ruptura de la caja única de la Seguridad Social, por considerarla un pilar de la cohesión.

Como conclusión, Blanco se identificó con Azaña cuando en 1932 hablaba de las aspiraciones de los catalanes y de la necesidad de conjugarlas con los intereses del Estado. "Este es el problema y no otro", comentó. "No sé si es difícil o fácil, pero nuestro deber es resolverlo, sea difícil o fácil".

EL "PROBLEMA CATALAN"

Blanco se mostró "optimista" sobre la posibilidad de aprobar un Estatuto que cumpla todos los requisitos, pero juzgó necesario que el PP contribuya con sus enmiendas "en lugar de empecinarse en la mera obstrucción".

"No podemos decir que exista un problema catalán tal y como ha existido en los siglos anteriores de nuestra historia. Pero si hiciéramos lo que propone el PP, tendríamos ese problema catalán a la vuelta de la esquina", sentenció.

En su crítica al PP, Blanco llegó a decir que algunas de las ideas expresadas por este partido a cuenta de esta reforma son "sorprendentemente próximas" a las de Blas Piñar al argumentar su voto en contra, en 1979, del vigente Estatuto.

En aquella ocasión, recordó, también Alianza Popular anunciaba que España se rompería, pero lo único que se quebró fue el Grupo Parlamentario de Coalición Popular, cuando algunos, como Senillosa o Areilza, votaron a favor del Estatuto, y otros, como Fraga, se abstuvieron.

"No sabemos qué hubiera votado el señor Rajoy", comentó Blanco, "aunque seguramente habría votado lo mismo que votaría el señor Aznar, según sus artículos de opinión en aquellos momentos; coincidiría con los que votaron que no".

Especialmente duro fue con José María Aznar al decir que la imagen de un ex presidente "que se ha lanzado a recorrer el mundo haciendo agitación antiespañola y presentando la imagen de un país en descomposición es singularmente patética en lo político y en lo personal".

Después de haber citado a Azaña, y cuando muchos recuerdan a Ortega y Gasset, Blanco negó que exista riesgo de volver a "las dos españas", pese a que algunos hacen "más que intentos" para ello.

Blanco sugirió que el PP ha renunciado a una posición sólida en Cataluña y prefiere "obtener beneficios resucitando un cierto discurso anticatalanista en el resto de España", algo que tachó de "irresponsabilidad" y también de "error electoral".

Al PP le lanzó un mensaje expresado ya por Azaña en 1932: "Nadie tiene derecho a monopolizar el patriotismo, y nadie tiene derecho, en una polémica, a decir que su solución es la mejor porque es la más patriótica; se necesita que, además, sea acertada".

Al hablar de lecturas electorales de esta crisis, Blanco negó desgaste para el PSOE. El supuesto acercamiento del PP, dijo, se debe a que algunos votantes "se han ido a la abstención", pero no a un trasvase que permita crecimiento del PP.

Según sus datos, aseguró, el PSOE conserva seis puntos de ventaja en intención de voto, y desde ahora hasta el momento de las elecciones "las cosas pueden ir a mejor".

(SERVIMEDIA)
20 Oct 2005
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