Según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los impactos derivados de dicha aplicación se reflejarán en las cuentas del grupo del segundo trimestre de este año.

En concreto, los principales impactos calculados sobre los estados financieros de BBVA a 31 de marzo de 2022 son de un efecto positivo en el ratio de capital CET1 ‘fully loaded’ de aproximadamente 19 puntos básicos, hasta 12,89%, y un efecto negativo en el beneficio neto del grupo de aproximadamente 324 millones de euros.

En 2022, considerando la expectativa de inflación anual en Turquía, en torno al 60% en 2022 según BBVA Research, se espera que la contribución de las entidades del grupo en Turquía a los resultados del grupo sea inmaterial y el capital y valor tangible en libros se vea “positivamente impactado en los próximos trimestres”.

La contabilidad hiperinflacionaria consiste en una reexpresión de los estados financieros, con el objetivo de mostrarlos en términos reales, no nominales (es decir, ajustando las cifras al elevado nivel de precios del país) y permitir así una comparación más fiel de la cuenta de resultados y el balance de la entidad en diferentes momentos del tiempo.

Con este cambio, el resultado proforma del primer trimestre que en su día se comunicó de 1.651 millones de euros bajaría a 1.326 millones.

No obstante, el banco reafirma sus objetivos financieros para 2024, entre los que se encuentra alcanzar una rentabilidad o ROTE del 14%.

Por otra parte, el banco comunicó que ejecutará el último tramo del programa de recompra de acciones, por un importe máximo de 1.000 millones de euros, a partir del 1 de julio. Con esto, la entidad culminará su programa de recompra, que alcanzará un máximo de 3.500 millones de euros o hasta un 10% del capital, tal como el banco estableció como objetivo.

El número máximo de acciones de BBVA a adquirir en este tramo será de 149.996.808. La ejecución dará comienzo el 1 de julio y finalizará no más tarde del 29 de septiembre de 2022.