BAYO AFIRMA QUE LA AUSENCIA DE UN EQUIPO DE REANIMACION EN LA CARCEL LE PUDO COSTAR LA VIDA CUANDO SE CORTO LAS VENAS

MADRID
SERVIMEDIA

El ex cabo de la Guardia Civil Felipe Bayo Leal, implicado en el 'caso Lasa y Zabala', denunció hoy en un comunicado que la falta de un servicio médico de reanimación en el interior de la prisión de Alcalá-Meco, en la que está encarcelado, le pudo cosar la vida cuando intentó suicidarse cortándose las venas.

En la carta, que ha redactado junto al ex sargento de la Benemérita Enrique Dorado Villalobos, señala que, "en dicho centro (la prisión) no existe ninguna unidad de reanimación, unidad imprescindible en una prisión donde más de un interno ha muerto por sobredosis de droga sin que se haya podido hacer nada para su reanimación".

Añade que "tampoco cuenta con un vehículo para traslado urgente de los internos a centros hospitalarios, dependiedo de la premura del conductor y de las condiciones de tráfico que existan en la zona para que una ambulancia, de una empresa privada, pueda llegar de Alcalá (ciudad) al centro penitenciario a realizar el traslado".

En la nota, el propio Felipe Bayo describe que tras cortarse las venas tuvo que ser trasladado al hospital en un coche de la Guardia Civil "cuya misión no era ésa concretamente, sino la de la vigilancia exterior de la prisión".

El relato de su experiencia señala además que el trasladodesde su celda al vehículo lo tuvieron que realizar los propios internos del módulo carcelario. Califica de "película cómica" situaciones como que la camilla donde era transportado no cabía por las puertas, "que se cayera al suelo la botella de oxígeno que le ayudaba a respirar, o que hubiera que quietarle a la camilla las ruedas para que pudiera pasar por un arco de seguridad".

Felipe Bayo cuenta asimismo que, al día siguiente, solicitó a una doctora una pastilla para conciliar el sueño y que ésta, tas negarle la petición, le dijo lo siguiente: "La política del centro con los internos, para cuando no pueden dormir, es que cuenten ovejitas".

De igual modo, en los días siguientes al intento de suicidio, Bayo era despertado cada quince minutos -según cuenta-, lo que la dirección de la prisión justificaba para "interesarse por su salud"; no obstante, ello le impidió conciliar el sueño durante varios días.

'ESCUPITAJOS' EN LA COMIDA

En la nota de prensa, los ex guardias civiles Bayo Leal y Dorao Villalobos explican asimismo, siempre según su versión, algunas deficiencias de la prisión de Alcalá-Meco. Por ejemplo, una referida a la comida que reciben en la celda: "los bombos donde traen la comida (...) han sido manipulados por internos ajenos (...), apareciendo una vez en una de las bandejas un 'escupitajo' y en otra ocasión restos de tiza machacada".

A las duchas las califican de "foco de infecciones (...) lo que hace que constantemente aparezcan hongos y esta dependencia sea un caldo de cutivo para cualquier enfermedad de tipo micótico".

Otra de las afirmaciones que realizan dos de los principales presuntos implicados en la tortura y asesinato de Lasa y Zabala es que el director de la prisión, Jesús Calvo, sólo se entrevista con "presos de élite, como poderosos financieros, políticos, miembros de la Mesa de Herri Batasuna y narcotraficantes de 'rancio abolengo'".

(SERVIMEDIA)
12 Ago 1996
L