Así lo dijo en su intervención en el acto informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el que aseguró que el próximo debate sobre la financiación autonómica será un “sudoku muy difícil de cuadrar” en el que habrá acuerdos de comunidades autónomas “según territorios” y sus intereses y no por partidos.

A su juicio, habrá “grandes alianzas” entre las comunidades porque unas optar por primar el criterio de población frente a la que apuestan por otras consideraciones como la dispersión o el envejecimiento de la población, lo que a su juicio supone un sistema más justo.

El fin, dijo, es que debe primar que un ciudadano, independientemente de donde vida, debe contar con los mismos servicios públicos de calidad y que se debe garantizar que las administraciones cuenten con recursos para ello.

Barbón se mostró orgulloso de su gestión, que ahora será sometida a escrutinio de los ciudadanos en las urnas del próximo 28 de mayo, aunque reconoció que han podido cometer algunos errores. Pero defendió que logró los objetivos que se fijó al inicio del mandato pese a que ésta ha sido la “legislatura más difícil y compleja” de la historia en la que solo faltó “el meteorito y la invasión alienígena”.

Entra las cuestiones de las que presumió Barbón citó que, entre todos, han alejado la crispación de la política en Asturias, y así lo prueban que su gobierno en minoría ha alcanzado pactos “a izquierda y derecha” para capear la situación. “No me van a doler los anillos” por “acordar con quién sea en beneficio de Asturias”, destacó el presidente del Principado.

Fue en esta contraposición de la situación que se vive en Asturias en la que denunció la “política tóxica madrileña”, en referencia a cuando escucha algunas afirmaciones como, denunció, introducir a “la Corona en el debate político de los partidos”. “¿Pero esto qué es? ¿Estamos todos locos?”, exclamó Barbón para, acto seguido, presumir de que en Asturias han conseguid que la “política no sea tóxica” sino “útil”.