Así lo comentó el consejero delegado del banco, César González-Bueno, en un encuentro con periodistas previo a la Junta General de Accionistas que la entidad celebrará mañana, jueves.

Al ser preguntado sobre el impacto de la guerra, González-Bueno expuso que la exposición de España es “muy baja”, así como la de todas las entidades bancarias. En el caso del Sabadell, indicó que es “muy raro” el caso de clientes con exposición a Rusia que tengan más de un 10% de ventas en el país y los que tienen esas posiciones las tienen “muy saneadas”.

La guerra en Ucrania tendrá un impacto directo “mínimo” en España y en el banco, y un impacto indirecto “incierto, pero con algunos elementos que pueden hacer que sea minorado” por las políticas públicas y las propias de las entidades, según expuso.

El consejero delegado de la entidad afirmó que “sí preocupa” el impacto indirecto que tendrá el conflicto, en concreto, el alza de los precios de la energía.

En este sentido, explicó que el banco está revisando qué clientes tienen más consumo energético y son “más sensibles” a estos costes y “qué capacidad tienen de trasladar precios a clientes finales”, y que está buscando “alternativas de financiación, de ayuda, de apoyo”.

En cualquier caso, señaló que la magnitud del impacto dependerá de las medidas monetarias y fiscales que se adopten desde el sector público. “La ventaja es que esto ya se ha puesto en práctica durante la crisis del covid”, comentó en referencia a las medidas adoptadas durante la pandemia como las líneas de avales por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). “No hay duda de que se va a volver a hacer porque es necesario”, agregó.

En esta línea, valoró que la ampliación de los plazos de los avales del ICO y la puesta en marcha de una nueva línea avanzadas hoy por la vicepresidenta Nadia Calviño son “unas medidas buenísimas” y confió en que el nuevo plan de avales sea “profundo y de alcance”. También manifestó que esperan “apoyo” en el ámbito de la energía para los “agentes más afectados, tanto particulares como empresariales” y medidas “más estructurales que aceleren y faciliten la transición energética”. González-Bueno añadió que, a esto, las entidades deben revisar “caso a caso” las situaciones de sus clientes.

El consejero delegado del Sabadell subrayó que el contexto actual “nos pilla en un buen momento” por el despliegue de los fondos europeos entre el tejido productivo, particularmente, que se prevé para la segunda parte del año y que “puede ser un motor de inversión”.

En este contexto, indicó que el banco tiene "plena confianza" en alcanzar una rentabilidad o ROTE del 6% este año.

Por su parte, el presidente de la entidad, Josep Oliu, comentó que no prevén “problemas de crecimiento” para la economía española, sino que este año y el que viene haya un avance, que sería “menor del que estaba previsto” por el efecto de la guerra, aunque aseguró que “no nos preocupa”.

Oliu indicó que en el corto plazo “habrá que trabajar porque hay desajustes y habrá desajustes en el tejido empresarial” a causa de la irrupción “momentánea” de la inflación. Este factor lo señaló como uno de los “vientos de cara” o “nubarrones” que observa el banco, mientras que indicó como “vientos de cola favorables” una posible subida de los tipos de interés de la que dijo que se espera que sean dos en este año. Destacó que, aparte de los ICO y los ERTE, “a lo mejor hay otros que hay que contemplar” como parte de la respuesta al impacto de la guerra.

En este contexto, el presidente del Sabadell resaltó que “puede haber aumentos de las tasas de morosidad circunstanciales” en la entidad, a lo que González-Bueno añadió que “a fecha de hoy no hemos visto absolutamente nada, el comportamiento de la morosidad está siendo ejemplar” y “está siendo mejor de lo que se anticipaba, de momento”.