Así se afirma en un estudio que publica el último Boletín Económico del Banco de España, correspondiente al mes de junio, bajo el título "La incidencia de los servicios a la industria en el sector industrial español y sus repercusiones".

El estudo se basa en las encuestas y entrevistas realizadas a 218 empresas de más de 100 empleados de los sectores de metalurgia, alimentación, textil y química, ubicadas en Madrid y Cataluña.

Los autores investigaron los precios aplicados por las empresas que venden sus servicios a la industria, entre ellas las financieras y de seguros, transporte, venta, selección de personal, información y comunicación.

Las conclusiones indican que los precios de estos servicios contratados por las empresas industrials explican un 30 por cien de su aumento de costes, lo que les convierte en un factor inflacionista de primer orden.

De hecho, entre 1990 y 1992, "el precio medio de los servicios demandados por la industria ha aumentado ua una tasa anual del orden del 6-7 por ciento, más que el índice de precios al consumo y muy por encima del incremento registrado por los precios industriales".

En concreto, "las actividades de servicios que experimentan mayores modificaciones anuales de sus precios son los serviios de producción (entre los que destacan los servicios de reparación y mantenimiento del aparato productivo), los servicios operativos generales (limpieza y conservación, seguridad y vigilancia), los servicios financieros y de seguros (dstacando los precios de los servicios de las entidades bancarias y de crédito) y los servicios de información y comunicación".

Según su "orden de importancia", la mayor repercusión negativa es la de los servicios financieros y de seguros, por ser también los que más pso tienen en las necesidades de las empresas, seguidos de los servicios de producción y transporte. Las empresas más perjudicadas son las que tienen entre 100 y 200 empleados y operan en los sectores de alimentación o químicas.

POCO COMPETITIVOS

Según el informe, el sector de empresas proveedoras de servicios a la industria es "escasamente competitivo y poco transparente" y sus costes laborales, que crecen sistemáticamente por encima de los pagados a los empleados de la industrial, resultan "extraorinariamente elevados".

Esto se traduce en que "las empresas industriales deben asumir buena parte del impacto laboral que se produce en el subsector de los servicios a la industria y que la propia rama de actividad no es capaz de digerir".

Por esa razón, las industrias se ven obligadas a repercutir esos incrementos de costes aumentado los precios, cuando el ciclo económico se lo permite, o reduciendo el excedente de explotación, en periodos de crisis, lo que le conduce a "una perdida en sus nivels de rentabilidad y competitividad".