BALANCES 1992: MERCADOS FINANCIEROS ===================================
-De las perspectivas de caída de los tipos se pasó a su bajada por las devaluaciones de la peseta.
-Las bolsas cayeron a los niveles de 1986, sin que el repunte de fin de año sea suficiente para su recuperación.
-21 de febrero: La Bolsa de Madrid registra el mejor índice general del año, 261,04.
-17 de septiembre: Primera devaluación de la peseta un 5 por ciento.
-23 de septiembre: El Banco de España adopta medidas de choque para evitar la venta especulativa de pesetas.
-30 de septiembre: La Bolsa de Madrid marca el peor índice anual, 186,01, enlos niveles de 1986.
-22 de noviembre: Nueva devaluación de la peseta en un 6 por ciento más.
-24 de noviembre: El Banco de España sube los tipos de los certificados de depósito del 13 al 13,75 por ciento, a lo que siguen nuevas subidas de los intereses de Letras del Tesoro a corto plazo.
-9 de diciembre: la agencia Británica Moody's mantiene la calificación de la deuda española.
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(Por Lucas Fernández)
Los mercados financieros fueron los más afectados durante 1992 por las crisis del Sistema Monetario Europeo (SME). Las bolsas cayeron a los niveles de 1986, los inversores extranjeros huyeron en busca de mejoresaires, los fondos de inversión se estancaron y la posibilidad de que bajaran los tipos de interés se truncó en una auténtica subida.
Y todo estuvo provocado por dos "tormentas" monetarias en el seno del SME, ocasionadas a su vez, según Carlos Solchaga, por los especuladores. El caso es que la peseta tuvo que ser devaluada dos veces, perdiendo un 11 por ciento de su valor originario.
La Bolsa comenzó bien el año mágico de los grandes eventos. En febrero llegó a marcar el mejor índice anual por encma del 260 y osciló hasta mayo, que fue cuando comenzó su declive. A la vuelta del verano, la decisión del Bundesbank de mantener sus altos tipos de interés hizo que los inversores se lanzaran a la compra febril de marcos.
La libra, la lira y la peseta fueron las monedas más afectadas por la presión vendedora. Los bancos centrales de varios países europeos casi quedaron en números rojos intentando sostener sus monedas. El de España gastó 1,35 billones de pesetas para evitar la devaluación.
Pero n fue posible. Mientras en la madrugada del 17 de septiembre el Reino Unido e Italia sacaron a sus monedas de la disciplina del SME, las autoridades españoles prefirieron sacrificar a la peseta y devaluarla un 5 por ciento.
Sin embargo, a los dos días se comprobó que la medida era insuficiente. La peseta seguía cayendo, lo que obligó al Banco de España a recurrir a un mecanismo para controlar los cambios de la divisa española, que suponía una marcha atrás en la liberalización de movimientos de capitale aprobada en febrero.
Ese hecho, junto con el adelanto de la agencia Moody's de revisar la clasificación de la deuda española y la ratificación, "por los pelos" del Tratado de Maastricht en el referéndum francés, hizo que la Bolsa de Madrid cerrara el mes de septiembre en el índice 186,01, en los mismos niveles de diciembre de 1986.
Por su parte, los inversores extranjeros empezaron a desconfiar de las posibilidades de nuestra economía y se deshicieron de títulos de deuda pública por un valor de 22.000 millones de pesetas entre septiembre y octubre.
Desde entonces, todos los esfuerzos del Ministerio de Economía y del Banco de España se centraron en hacer volver ese caudal de dinero tan necesario para financiar el gasto público, y no han reparado en medios para ello, incluso hasta subir los tipos de interés. No en vano el Estado tiene que buscar 2,010 billones de pesetas sólo para pagar los intereses de la deuda de 1992.
El día 22 llegó lo que todos veían venir, pero fue de la forma menosesperada. Un problema aparentemente externo, el abandono por parte de Suecia de mantener su moneda ligada al SME, desestabilizó a las coronas danesa y noruega, cuyos países subieron los tipos de interés y esto provocó un nuevo flujo de dinero al marco alemán.
En aquella ocasión, el Banco de España tuvo que emplear más de medio billón de pesetas para mantener la peseta y convocó urgentemente el Comité Monetario de la CE, que decidió una nueva devaluación de la moneda española del 6 por ciento, con un nevo cambio central de 72,79 pesetas por marco.
Ya nadie se sorprendió. Ni siquiera bajaron las bolsas e incluso los expertos hablaban que los mercados ya habían descontado la nueva devaluación.
El Banco de España y Economía aprovecharon la coyuntura y empezaron a buscar cómo recuperar a los inversores extrajeros perdidos.
Para empezar, anularon el control de cambios de las divisas y a los dos días subieron los tipos de interés de los certificados de depósito y de las letras, una vez comprobao que los inversores no estaban dispuestos a arriesgarse con los bonos y obligaciones, de menor coste para el Tesoro y mayor duración, cuyas subastas se estaban quedando prácticamente desiertas desde mayo.
La actuación de las autoridades monetarias tuvo sus resultados en diciembre: Moody's reconsideró su decisión y mantuvo la deuda española en la calificación Aa2. No se sabe muy bien qué promesas llevó a cabo el Gobierno, pero a continuación las letras a tres y seis meses subieron hasta alcanzar interses del 14,539 y del 14 por ciento, respectivamente.
Por otro lado, los fondos de inversión no fueron una excepción a la marcha del resto de mercados financieros. En el tercer trimestre del año sólo captaron 190.000 millones debido a la caída de su rentabilidad, frente a los 1,3 billones del primero. Los FIAMM (Fondos de Inversión en Activos del Mercado Monetario) obtuvieron la mejor rentabilidad trimestral, del 2,52 por ciento, frente a los FIM (Fondos de Inversión Mobiliaria), que dieron incluso resltados negativos.
Sin embargo, no todo iba a ser malo. El mercado de opciones y futuros, instrumento de cobertura de las inversiones, tuvo un gran incremento de contratación sobre renta variable, desde el inicio de su negociación el 14 de enero hasta finales de año, estimándose que se habrán realizado un total de 5 millones de contratos que afectarán a un billón de pesetas.
En definitiva, un año que empezó bien y acabó como pudo. Las autoridades monetarias lo salvaron a la desesperada, empeñadas n mantener la inversión extranjera con el dulce de unos altos tipos de interés, en detrimento de las bolsas y del crecimiento económico.
FECHAS CLAVE
-21 de febrero: La Bolsa de Madrid registra el mejor índice general del año, 261,04.
-17 de septiembre: Primera devaluación de la peseta un 5 por ciento.
-23 de septiembre: El Banco de España adopta medidas de choque para evitar la venta especulativa de pesetas.
-30 de septiembre: La Bolsa de Madrid marca el peor índice anual, 186,01, enlos niveles de 1986.
-22 de noviembre: Nueva devaluación de la peseta en un 6 por ciento más.
-24 de noviembre: El Banco de España sube los tipos de los certificados de depósito del 13 al 13,75 por ciento, a lo que siguen nuevas subidas de los intereses de Letras del Tesoro a corto plazo.
-9 de diciembre: la agencia Británica Moody's mantiene la calificación de la deuda española.
(SERVIMEDIA)
18 Dic 1992
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