Para alcanzar la boca de la chimenea, los técnicos deberán montar tres grúas de 60 metros de altura y, una vez allí, fijar el nido mediante anclajes metálicos.

En una de las grúas se elevará el nido, mientras que las otras dos servirán de apoyo para la dirección técnica y las operaciones de soldadura.

La chimenea, que estaba en peligro de derrumbamiento, es lo que queda de la fábrica, que fue derribada en los año cuarenta.

Fue restaurada el año pasado por la Gerencia Municipal de Urbanismo, a petición de los vecinos de Villaverde, que siempre han querido mantener la construcción, como elemento emblemático del distrito.

El nido, que también fue solicitado por los vecinos al Ayuntamiento, está formado por un armazón metálico adaptado a la boca de la chimenea.