La operación supondrá para el astillero unos ingresos de 1.400 millones de pesetas y estará valada por el Fondo Patrimonial de Garantías formado por los pequeños y medianos astilleros españoles asociados a PYMAR, roganización empresarial del sector.

Balenciaga, con sede en Guipúzcoa, se compromete a entregar la primera de las embarcaciones en el plazo de 12 meses, y l segunda dos meses y medio después, lo que permite a la empresa garantizar el empleo del astillero durante todo el ejercicio en 1993.

El papel desempeñado por el Fondo Patrimonial de Garantía de los pequeños y medianos astilleros en la operación es avalar al constructor en los créditos obtenidos para afrontar el proyecto ante un posible incumplimiento del contrato.

La factoría de Balenciaga en Zumaya (Guipúzcoa) emplea medio centenar de trabajadores con una facturación próxima a los 2.000 millone de pesetas al año.