La perra, de nombre "Lis", salió a pasear con su propietario por los alrededores de su casa y desapareció repentinamente, aunque llegó al día siguiente a su hogar con "claros signos de tortura", según informó hoy Amnistía Animal Comunidad de Madrid.

Esta entidad señaló que el informe veterinario prueba que la perra recibió varias puñaladas en el cuello y en el tórax, lo que le causó un neumotórax, y también tenía en el cuerpo varios perdigones y una bala proyectada con un revólver.

La presidenta de Amnistía Animal, Matilde Cubillo, descartó que se trate de "un caso aislado" e indicó que los veterinarios que atendieron a esta perra también han atendido casos similares.

"Hemos hablado con algún vecino y al que no le habían robado el perro, se lo habían envenenado. La gente tendría más temor a hechos similares si las leyes fueran más duras o el Código Penal fuera más efectivo y realista. Mientras no se cambien las leyes y se endurezca el Código Penal, seguiremos viendo animales torturados", concluyó.