El aumento de los niveles de radiactividad se produjo como consecuencia de la rotura de una fuente secundaria de neutrones, que provocó un incremento inusual de contaminación por antimono.

Los trabajos de sustitución del combustible gastado debían haber comenzado a finales de mayo, ya que la central paró el día 29 de ese mes, pero este incidente obligó a retrasar el inició de la recarga hasta el pasado viernes.

Méndez-Villamil señaló que la recarga se podría haber iniciado en la fecha prevista, ya que, pese a la rotura de la fuente radiactiva, los índices de radiactividad no superaban los límites legales permitidos.

Sin embargo, el portavoz de Almaraz I declaró que decidiern reducir la radiactividad en el circuito primario y en el edificio de contención antes de empezar la sustitución de los elementos combustibles, y respetar así las dosis inicialmente previstas que recibirán los trabajadores.

Según Méndez-Villamil, tras neutralizar la contaminación del circuito primario, encargado de refrigerar los elementos combustibles, utilizando agua oxigenada, los niveles de cobalto y antimonio en el edificio han disminuido a índices irrerevantes.

Asimismo, aseguró que el incdente no supuso riesgo radiológico alguno ni para los trabajadores ni para el medio ambiente, y afirmó que los niveles de radiactividad que se alcanzaron eran similares a los que había en el edificio de contención en las primeras recargas, antes de que se desarrollaran nuevas técnicas para reducir la radiactividad.

Además, negó que la rotura de la fuente radiactiva esté relacionada con el alargamiento de los periodos de explotación para reducir el número de paradas de recarga de combustible durante lavida útil de la central.

Los responsables de Almaraz I confían en que la central arranque a principios del próximo mes de julio, tal y como estaba previsto.