Así se pronunció la ANA este lunes, que tildó de “extraño” y “sorpresivo” el aumento de las viviendas que pasan al alquiler de temporada, que en el último año ha aumentado un 56%, y la correlativa disminución de la oferta de alquileres tradicionales en un 15%, según datos de Idealista.

El abogado y director general de la ANA, José Ramón Zurdo, señaló que “la temporalidad de un arrendamiento no puede justificarse en su duración, que es lo que está ocurriendo actualmente”. Además, comentó que los riesgos que puede suponer para los arrendadores cometer estas prácticas ilegales son muy gravosos y deben conocerlos.

Entre estos peligros, la ANA apuntó que los inquilinos al vencimiento de los periodos de tiempo establecidos en los contratos, sin tener que hacer nada, pueden prorrogar tácitamente los arrendamientos por plazos anuales, hasta los cinco o siete años, dependiendo de si los arrendadores son personas físicas o jurídicas.

También advirtió de que las rentas de los alquileres quedarían congeladas durante los periodos de tiempo que se prorrogaran los arrendamientos, porque por definición, en este tipo de alquileres de temporada, no se prevén en los contratos actualizaciones de rentas.

Igualmente, explicó que los arrendadores tampoco podrían utilizar el mecanismo de la causa de necesidad para recuperar sus viviendas, si se prorrogaran los arrendamientos, porque esta previsión no estaría recogida en los contratos, al estar prevista solo para los arrendamientos de viviendas tradicionales.

“Existen sentencias que apoyan a los inquilinos ante las reclamaciones de los arrendadores para que abandonen las viviendas al vencimiento del plazo pactado en los contratos de temporada, solo teniendo que demostrar para poder prorrogar los arrendamientos, que cuando arrendaron no tenían otra vivienda donde residir habitualmente y que las causas de temporalidad recogida en los contratos eran simuladas al ser impuestas, y ello no es muy difícil de demostrar”, advirtió la ANA.