Santiago de Torres participó hoy en el curso "Narcotráfico y países desarrollados", organizado por la Universidad Complutense de Madrid.

En la actualidad, afirmó el conferenciante, el continente europeo consume el 8 por ciento de oda la producción de cocaína del mercado mundial a precios que doblan los establecidos en EE.UU.

Sin embargo, en Europa se desconocen las consecuencias de la cocaína, a pesar de que el 50 por ciento de las detenciones que se producen están relacionadas con la droga y de que el 2,5 por ciento de los toxicómanos en tratamiento son cocainómanos puros.

El adjunto al delegado del Gobierno aseguró que el uso de la cocaína se ha generalizado en todas las capas sociales, porque al contrario que la heroín sus efectos nocivos no se manifiestan tan rápidamente.

De Torres explicó también la política que su departamento aplica en consonancia con la del resto de los países europeos y con vistas a la preparación del Acta Única Europea.

Uno de los objetivos primordiales de esta política, basada en la cooperación internacional de los doce países comunitarios, es la fiscalización del tráfico de "precursores", sustancias que se producen en los países occidentales y que son esenciales para procesar la coca ultivada en los países sudamericanos con el fin de que pueda ser comercializada.

Esta cooperación internacional de lucha contra el narcotráfico viene a plantear que el problema de la droga debe ser asumido como una cuestión de responsabilidad política compartida por todos los países del mundo, debido a que los mayores beneficios de este negocio ilegal no repercuten ni en los cultivadores de coca ni en los gobiernos de los países productores.

En estos países, dijo De torres, trabajan para el negoco del narcotráfico más de 1.500.000 personas.

Respecto a España, el problema, según De Torres, es similar al que se plantea en Francia o Alemania y ocupa el octavo lugar respecto a mortalidad relativa por consumo.