Así se recoge en la Declaración de Toledo, con la que se ha cerrado el I Congreso de Pequeños Municipios, organizado por la FEMP, al que han asistido medio millar de alcaldes y concejales de los ayuntamientos con menor población de España.

El texto, leído por el presidente de la Diputación de Toledo, José Manuel Tofiño, sostiene que la existencia de municipios de pequeño tamaño es positiva, porque aporta valores como la preservación del medio ambiente o del acervo histórico y cultural en el medio rural.

La declaración señala que desde la FEMP se propiciará el desarrollo en las zonas rurales, dando prioridad a las que padecen un grado mayor de atraso relativo, con el fin de garantizar una mejora de las condiciones de vida de sus habitantes, a través de las capacidades productivas, de los servicios, de las infraestructuras y de los valores ambientales.

Los representantes locales de los pequeños municipios proponen, entre otras medidas, que se propicie la ampliación, estructuración y mejora de los servicios públicos en el medio rural y que se favorezca el mantenimiento de la población, potenciando unas infraestructuras, políticas de empleo y servicios públicos “suficientes, equitativos y de calidad”.

Además, demandan que se mantenga el “esfuerzo inversor” en el medio rural, para equiparar el nivel de vida y de acceso a las diferentes prestaciones entre los ciudadanos rurales y urbanos, y que se extiendan las tecnologías de la comunicación y las infraestructuras a todas las zonas rurales para propiciar la necesaria actividad económica, profesional, cultural y social.

También apuestan por la gestión sostenible y quieren que se les reconozca y compense por su participación en la gestión y conservación de una parte muy importante del patrimonio natural y cultural del país. También abogan por potenciar el turismo rural, “como elemento dinamizador y fuente de empleo y de bienestar”.