Jiménez ha vuelto a dejar clara esa idea después de que desde el Gobierno se asuma ya la próxima salida del ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, para integrar la candidatura socialista a la Generalitat de Cataluña.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, sin desmentir las informaciones sobre la salida de Corbacho, decía públicamente que si el PSC quiere al ministro, el presidente lo respeta y en ese caso tendría que relevarle, pero "nada más".

Con ello lanzaba la idea de que el Gobierno trabaja con la idea de la próxima salida de Corbacho, pero no de una crisis más profunda, al menos por el momento.

Y desde el entorno de Trinidad Jiménez se esgrimen dos precedentes muy concretos para argumentar su intención de aguantar en el Ministerio hasta que se acerquen más las elecciones, previstas para mayo del próximo año.

Será el primer fin de semana de octubre cuando se sepa si es Trinidad Jiménez o Tomás Gómez quien encabeza la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid, y en caso de ganar, Jiménez pretende seguir en el Ministerio hasta la recta final de la precampaña.

Uno de los precedentes que señalan desde el entorno de Jiménez es su compañero de partido Juan Fernando López Aguilar, designado en octubre de 2006 candidato a la Presidencia de Canarias y que no fue relevado como ministro de Justicia hasta febrero del año siguiente, apenas a tres meses de las elecciones.

El otro precedente al que se remiten es el del ex dirigente del PP, Josep Piqué, ministro del Gobierno de José María Aznar cuando en octubre de 2002 fue elegido presidente del partido en Cataluña.

Tres meses antes el partido ya había anunciado que sería el candidato a la Presidencia de la Generalitat, pero no fue cesado como ministro de Ciencia y Tecnología hasta septiembre de 2003, a poco más de un mes de las elecciones.

Con esos dos antecedentes en su argumentario, Trinidad Jiménez pretende que su eventual victoria ante Gómez en las primarias no la aparte necesaria e inmediatamente del Ministerio de Sanidad y Política Social.

De hecho, para reforzar su posición, se afana en defender en público y en privado su "escrupulosa" separación de ambos ámbitos y en rechazar cualquier acusación de utilizar su cargo ministerial para hacer campaña en Madrid.