Lorente destacó que julio, con nueve homicidios, fue el mes “más grave” registrado en este primer semestre del año “por encima de la medias controladas”. También insistió en que agosto es “estadísticamente peor”.

“En agosto el 68% de los homicidios se concentran en la segunda quincena, cuando parece que acaba un plazo”, subrayó el delegado del Gobierno refiriéndose al fin de las vacaciones. Así, alegó que este aumento del número de víctimas durante el periodo estival se debe fundamentalmente a la convivencia.

Respecto a las víctimas que conviven con su agresor, Lorente destacó que en el verano los problemas familiares y la escasez de las rutinas que durante el año interrumpen los conflictos hacen que el enfado del agresor aumente en mayor medida.

Asimismo, en referencia a las relaciones rotas, insistió en que durante estos meses el agresor intenta llevar a cabo un seguimiento que le es imposible, y al comprobar como su ex pareja rehace su vida o se relaciona con terceras personas siente una mayor ansiedad que propicia la agresión.