De esta manera, el número de personas damnificadas ofrecido por Unicef supera al de los 2,5 millones aportado ayer por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Unicef señaló que el noroeste de Pakistán registra las peores inundaciones en los últimos 80 años y que ya ha enviado ayuda de emergencia para asistir a la población afectada.

Las inundaciones han destruido un gran número de infraestructuras, anegando caminos y destruyendo puentes. Además, el tendido eléctrico ha quedado afectado, así como hospitales, escuelas y estructuras de saneamiento

Martin Mogwanja, representante de Unicef en Pakistán, subrayó que "el mayor peligro son los brotes epidémicos relacionados con la falta de agua potable, como la diarrea y el cólera, con una alta morbilidad en los niños. Ya hemos detectado casos de diarrea entre niños".

Mogwanja indicó que "se necesitan urgentemente alimentos, agua potable, medicamentos de primera necesidad, galletas energéticas, vacunas y ropa. Ya hemos realizado una primera distribución de material de ayuda humanitaria y está prevista la llegada de más provisiones en los próximos días, que son el período crítico para la supervivencia de los afectados".

Añadió que las inundaciones han perjudicado a las cosechas y los rebaños, lo que "está provocando escasez de alimentos y tendrá implicaciones negativas en el futuro. Estaríamos ante una intervención de emergencia a largo plazo en la que la prioridad ahora es salvar vidas y posteriormente ayudaremos en la reconstrucción de las regiones afectadas".

En este sentido, Unicef ha proporcionado kits de higiene, contenedores de agua y galletas energéticas a la población afectada; ha reparado 73 pozos, que benefician a 800.000 personas, y ha apoyado la construcción de 24 campamentos médicos, que cubren a cerca de un millón de personas.

Unicef calcula que necesita unos 10,3 millones de dólares (unos 7,7 millones de euros) para responder a las necesidades más urgentes de la población afectada.