En su turno de réplica, Erkoreka afirmó que, tras su primera intervención, esperaba "un cierto compromiso" de Zapatero con las reivindicaciones del PNV, "que asumiera solemnemente algún compromiso", y en lugar de eso se había limitado tratar de desmentir sus quejas. “Me voy como venía, con las mismas suspicacias y los mismos recelos”, lamentó, y pensando que Zapatero seguirá con su geometría variable.

Sobre su apuesta con la España plural, Erkoreka le reprochó que el Estatuto de Gernika es el mismo que en 1979 y que "sigue igual de incumplido" que en 2004. Es, a su juicio, un estatuto "sin perspectivas de modificación", aunque el PSE aseguró durante años que promovería una reforma estatutaria. Pero ahora el gobierno con el PP es una muestra de la "geometría variable que le había criticado".

Sobre la negación de un giro en su discurso económico, le dijo que se le había visto rechazar los dictados del FMI y el Banco de España, y decir que nunca daría un paso atrás en políticas sociales y derechos trabajadores. “El giro es mayúsculo”, le espetó, aunque no le criticó por ello, sino que se limitó a constatarlo y a concluir la “edscasa fiabilidad” que permite suponer en Zapatero.

Sobre el centro de neutrones, le recriminó que el Gobierno no hizo "todo lo posible" en la "cocina diplomática" para atraer el proyecto, y que las cantidades comprometidas no aparecen en los presupuestos. Por último, dijo que "pasa de castaño oscuro" que el presidente se comprometa a transferir competencias después de 30 años, y negó que no se hayan traspasado porque el Gobierno vasco no tuviera interés y voluntad.