Según informó hoy la citada organización de consumidores en un comunicado, los objetivos del estudio son conocer si el estrés es un problema frecuente en estos países y cómo influye en la calidad de vida de quien lo padece, qué tratamientos se utilizan para combatirlo y cuál es la satisfacción con cada uno de ellos.

La encuesta concluye igualmente que los seis grupos de población que están más estresados son las mujeres; las personas que tienen entre 18 y 44 años; quienes duermen muy poco (menos de 5 horas cada noche); los fumadores (sobre todo los que consumen más de un paquete diario); las personas con hijos pequeños o adolescentes, y los habitantes de zonas urbanas.

Otro dato que arroja el trabajo es que uno de cada cuatro encuestados sigue o ha seguido un tratamiento contra el estrés, especialmente si son personas entre 45 y 64 años. Los medicamentos son la terapia más utilizada, ya que a ellos han recurrido alguna vez casi la mitad de los encuestados españoles que han tratado su estrés.

A la pregunta de la OCU sobre cuáles han sido las causas del estrés en los últimos doce meses, los encuestados respondieron que en un 66%, los problemas laborales, seguidos de los familiares con un 50%; las afecciones de salud, con un 31%; importantes acontecimientos vitales (29%); problemas financieros (27%). A la cola se encuentran la presión por el rendimiento escolar y el tráfico con un 19 y 12% respectivamente.

La portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu alerta de que "los médicos son los que deben prescribir un tratamiento farmacológico, pues es realmente preocupante, que algunas personas decidan automedicarse". "Este acto es muy peligroso", continúa, "no sólo porque puede no darse con el tratamiento indicado, sino porque además puede tener muchos efectos secundarios si no se usa adecuadamente".

En cuanto a los métodos para reducir el estrés considerados más satisfactorios por las personas preguntadas figuran la práctica de un deporte, que consigue un 7,9%; la adaptación de un mejor estilo de vida, con un 7,4%; la psicoterapia (7,3%), y en el extremo, la medicación, con un 6,3%.