Así se pronunció en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que afirmó que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “que fue quien tomó la iniciativa” dentro del Ejecutivo, decidió convocar elecciones para “cerrar una etapa muy negativa” y “abrir una puerta a la esperanza” hacia otra de “prosperidad”.

Ello tenía que ser, dijo, dando la voz a los votantes catalanes, para que valoren lo que ha sucedido “en estos cinco años”, desde que el expresidente de la Generalitat Artur Mas lanzó su apuesta soberanista.

Méndez de Vigo afirmó estar “viendo con estupefacción la cantidad de mentiras que tenía el proceso”, no ya sobre el pasado sino “sobre la realidad”. Por ejemplo, cuando los independentistas afirmaban que tenían garantizado el apoyo de hasta 30 países. “Resultado cero”, comentó el portavoz. “Apoyo sin fisuras a España”, agregó.

En esa línea, consideró que “es hora de que los catalanes piensen quién ha actuado con inteligencia, con respeto por el orden constitucional” y en aras de la “convivencia”, y, por el contrario, “quién ha construido una quimera sobre mentiras”.

Así, opuso el “gobierno de todos los catalanes” que en su opinión encarna el del PP con el que sólo sirvió los intereses de los independentistas. Y, ya refiriéndose personalmente a Puigdemont, dijo que “cada vez habla en un tono más alto y más agrio y cada vez con menor eco”.