Vila, que dimitió antes de la declaración unilateral de independencia, ha contestado a todas la partes por espacio de 45 minutos, mientras que Dolors Bassa, Meritxel Borràs, Carles Mundò y Joaquim Forn, únicamente respondieron a su abogado durante escasos cinco minutos.

El consejero dimisionario se ha desmarcado también de sus antiguos colegas al llegar a la Audiencia Nacional con un abogado propio, el penalista Pau Molins, un letrado distinto a los que se encargarán de la defensa del resto de los exconsjeros.

Finalmente, han acudido a declarar ante la magistrada ocho consellers, mientras que el expresidente de la Generalitat y otros cuatro exmiembros del Govern permanecen en Bruselas. La defensa de los investigados se ha dividido en dos. Por un lado, Jaume Alonso-Cuevillas, exdecano del Colegio de Abogados de Barcelona, representa a los miembros del PDeCAT y Andreu Van Den Eynde defiende a los exconsejeros de ERC.

Este último letrado también representa a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y quien ocupaba la Secretaría Primera de la Mesa, Anna Simó, ante el Tribunal Supremo, razón por la cual la juez Lamela ha comenzado interrogando a los consejeros del PDeCAT, en espera de que el letrado que se encontraba en el Supremo pudiera acudir a la Audiencia.