La ciencia, lejos de provocar lluvias para paliar la sequía
- La atmósfera es un “sistema caótico” difícil de controlar
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Las últimas técnicas para intentar provocar lluvias están descartadas para hacer frente a las épocas de sequía, pese a los esfuerzos de la Organización Meteorológica Mundial por idear recursos capaces de controlar el clima, para lo cual cuenta con un grupo de especialistas sobre modificación artificial del tiempo que ya ha ingeniado procesos en desarrollo.
La sequía que afecta a España tiene difícil solución y, si la hay, no está al alcance de la mano del hombre, ya que la ciencia es incapaz de provocar precipitaciones para paliarla. Las infiltraciones de partículas en las nubes, una técnica en proceso, es uno de los planteamientos para ‘hacer llover’, aunque aún le queda camino para controlar el “sistema caótico” que, según los meteorólogos, impera en la atmósfera.
“En una zona donde no haya nubes no podemos provocar lluvias”, sentenció en declaraciones a Servimedia el meteorólogo Juan Esteban Palenzuela, responsable de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Murcia, una de las regiones más secas del país.
Sin embargo, como apuntó este experto, sí existen ciertos métodos para facilitar las precipitaciones o, más bien, para aumentar su intensidad. Se trata de la infiltración de yoduro de plata en el interior de las nubes, unas partículas con “estructura cristalina similar a la del hielo” y que pueden derivar, en algunas nubes, en formas de precipitación.
Aunque los meteorólogos no reconocen oficialmente la exactitud de esta técnica para provocar lluvias, países como China o Emiratos Árabes Unidos han invertido importantes cantidades de dinero en llevarlas a la práctica para generar precipitaciones.
Y es que las consecuencias de la sequía son desastrosas. La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ya ha advertido de que habrá “restricciones al agua de regadío” si no llueve lo suficiente en los próximos meses, mientras que la producción hidroeléctrica española ya está bajo mínimos, concretamente la mitad que hace un año.
EXPERIMENTOS EN ESPAÑA
Las investigaciones se centran en sembrar las nubes con estas partículas. De hecho, España sirvió en los ochenta como escenario para un experimento de la Organización Meteorológica Mundial denominado PIP, siglas de Proyecto para la Intensificación de la Precipitación. El Gobierno colaboró activamente con la organización internacional e instalaron en Villanubla (Valladolid) su base de operaciones.
Fueron distintas aeronaves cedidas por España las que infiltraron las nubes con las partículas, pero “los resultados no fueron muy satisfactorios”, explicó Palenzuela. Y es que en los mejores casos, este sistema tan sólo permitiría aumentar entre un 15% y un 20% la precipitación de una nube, aunque es “complicado” valorar en qué medida ha influido la ‘siembra’, añadió el meteorólogo.
No obstante, las nubes orográficas –que se forman en las laderas de las montañas- son más proclives para que esta técnica tenga éxito. Por tanto, solo sería útil en “nubes válidas” y con unas condiciones determinadas, de ahí que muchos países no hayan seguido el ejemplo de China o Emiratos Árabes Unidos.
A eso se suma –como es el caso de España- que “si no hay nubes, no podemos provocar lluvias” y, aunque las hubiera podrían no ser las adecuadas. Es por ello que la ciencia aún no es capaz de controlar a su antojo el clima en este “sistema caótico”.
(SERVIMEDIA)
29 Oct 2017
GIC/gja/man