Por el contrario, un 9,5% de los encuestados se opone a la instalación de cámaras de seguridad, al considerarlo un ataque a la intimidad a las personas. Otro 15,5% considera que depende del lugar donde se instalen las mismas.

La mayoría de los encuestados que se muestran favorables a la instalación de cámaras de vigilancia destacan que proporcionan más seguridad y que contribuyen a evitar delitos e identificar a los delincuentes.

Frente a ello, los que se oponen a esta situación citan la pérdida de intimidad, privacidad y libertad, al tiempo que creen que es una violación de los derechos individuales.

Gran parte de los encuestados ve "muy bien" la puesta en funcionamiento de cámaras de videovigilancia en bancos, comercios, transporte público, colegios y guarderías y hospitales.

Asimismo, admiten que también sería bueno poner cámaras en comunidades de vecinos, algunas vías públicas e incluso lugares de trabajo.

El CIS preguntó también a los españoles si conocen la existencia de una ley que protege la intimidad personal y familiar de los ciudadanos contra posibles abusos por los datos personales. El 41% desconoce si hay una legislación en este sentido, mientras que el 52,4% afirma que sí existe y el 6,2% niega que haya tal normativa.

CANCELACIÓN DATOS

Por otra parte, la encuesta del CIS se interesa por conocer cómo perciben los españoles el nivel de protección de datos de la legislación española.

En concreto, la mayoría de los españoles recela de las operaciones bancarias a través de Internet. Así, dar el número de la tarjeta de crédito por Internet para realizar alguna compra o dar datos personales para participar en un concurso son algunas de las operaciones de las que los españoles no se fían.

Los comercios y las compañías de servicios (teléfono, luz o agua, entre otros) son los que menos seguridad aportan al ciudadano, en lo que a protección de sus datos personales se refiere.

En cuanto al uso de Internet, el 49,6% de los encuestados asegura utilizar la Red casi a diario, frente a otro 49,5% que no está conectado. De los que lo utilizan, ocho de cada diez reconocen haber recibido correos eléctronicos no deseados.