Hace 10 meses, un terremoto de 7,8 grados en la Escala de Richter asoló la costa oeste de Ecuador y provocó la pérdida de más de 700 vidas humanas, así como la destrucción de centros de salud, postes eléctricos, carreteras y fuentes de abastecimiento de agua.

Por ello, esta ONG desarrolló una campaña de recaudación de fondos con los que ha conseguido que más de un centenar de familias recuperen unas viviendas más seguras. Además, 50 han mejorado su acceso al agua y al saneamiento de sus hogares, al equiparles con lavabos y letrinas que garantizan la salubridad.

Según el balance de resultados, un millar de personas, de las que el 70% son mujeres, ha fortalecido su capacidad de superar el trauma provocado por el terremoto, así como sus competencias para hacer frente a los riesgos de salud pública generados por el seísmo.

Una de las zonas más afectadas fue Manabi, situada al este del país y donde Enfermeras para el Mundo lleva trabajando desde hace 15 años. Esta organización elaboró un Plan de Acción Post-terremoto con la participación de varias organizaciones locales como la Fundación Santa Marta, la Asociación de Mujeres Santa Marta y Cáritas de la Arquidiócesis de Manabí, así como internacionales como la Asociación Manabí Navarra, la Asociación Manabí Madrid y Mensajeros de la Paz.