País Vasco. El ex viceconsejero Baztarrika dice que con López “se ha ralentizado la actividad en política lingüística"
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El ex viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno vasco Patxi Baztarrika considera que, desde la llegada de Patxi López a la Lehendakaritza, “se ha ralentizado la actividad en política lingüística”.
En su libro “Babel o barbarie”, recién editado, Baztarrika reflexiona sobre la importancia de una adecuada y eficaz gestión de la diversidad lingüística como base para una convivencia social más armónica y una mayor salud democrática.
Uno de los dogmas de Baztarrika es que “cuanto mejor se gestione la diversidad lingüística de las sociedades multilingües, mejor será la salud democrática de estas sociedades”, es decir, “a más multilingüismo, más democracia”. Desde su punto de vista, preservar la pluralidad lingüística “es una necesidad universal”.
La propia Europa, dice, “no se entiende sin su diversidad lingüística y lo mismo ocurre en el Estado español”, multilingüe en 10 de sus 17 comunidades, y en muchas de ellas estas lenguas son oficiales a la par con el castellano.
Según explica, las lenguas “son un patrimonio de la sociedad española que hay que preservar”; por eso considera que este ámbito debe ser una cuestión de Estado y la clave es, insiste, “abordar la cuestión lingüística como una cuestión de convivencia”.
Sin embargo, hace hincapié en que no cualquier política es legítima para preservar esa diversidad. El criterio determinante es la igualdad de estatus social de las lenguas y la igualdad en cuanto a su oportunidad de uso lingüístico.
CONFLICTO LINGÜÍSTICO
Es consciente de que el conflicto lingüístico existe y está ahí, pero hay que resolverlo desde la convivencia y el afianzamiento de la cohesión social. Un proceso que, explica, “requiere mucha paciencia, trabajo de persuasión y pedagogía”.
Para conseguir esta igualdad, la receta de Baztarrika es que “lo desigual tiene que ser tratado de manera desigual”, es decir, son necesarias políticas compensatorias dirigidas a las lenguas más débiles. La única manera de que una lengua sobreviva es siendo usada, y para ello hay que proporcionarle un espacio de uso, que tiene que ser cedido por el español, afirma. “No ser solidario con las lenguas significa no ser solidario con los hablantes de esas lenguas”, argumenta.
El propio Consejo de Europa, indica, deja claro que la adopción de ayudas destinadas a las lenguas minoritarias no debe ser considerado una discriminación hacia las lenguas hegemónicas y recalca que “el castellano no necesita protección frente a las lenguas cooficiales”.
El ex viceconsejero critica que el Estado español funciona como un Estado “monolingüe”. La Administración de Justicia “vive de espaldas al multilingüismo" y, además, añade que la propia Constitución, en su artículo 20, “reconoce que los medios de comunicación de titularidad estatal tienen que tener en cuenta en su programación la diversidad lingüística, cosa que no ocurre".
Asimismo, critica que en España se considere “normal” el desconocimiento elemental por parte de los jóvenes de las lenguas del Estado y considera el Pacto Político y Social para la Educación “una magnífica oportunidad para asumir e impulsar el multilingüismo”.
EUSKERA
Sobre el euskera, dice que su avance en estos 25 años de democracia es evidente. En Euskadi, este avance lo considera “espectacular”, pero “más tímido” que en Navarra.
Hace 20 años, dice, el 20% de la población era bilingüe; hoy este porcentaje es el 37,5%. Además, “el euskera se utiliza más y en ámbitos impensables, como la universidad o los medios de comunicación”, subraya. La actitud de la ciudadanía vasca es, asegura, “una apuesta clara hacia el bilingüismo”.
Sin embargo, desde la llegada de Patxi López a la Lehendakaritza, durante los últimos diez meses, destaca el ex viceconsejero, “se ha ralentizado la actividad en política lingüística y está por ver qué sucederá en el futuro”.
En el sistema educativo, opina que, “dada la situación de debilidad del euskera” para que se alcance la igualdad con el castellano, “tiene que haber tratamientos desiguales”. “Es inevitable e imprescindible que el euskera tenga un tratamiento preferente, no exclusivo”, destaca.
Hace 20 años, el modelo en castellano suponía el 80% del sistema educativo no universitario; hoy la cifra ha descendido al 20%. Estos datos se traducen, desde su punto de vista, en que "los padres y madres optan por la igualdad lingüística y el bilingüismo".
(SERVIMEDIA)
24 Abr 2010
CDM/lmb/caa