Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo transmitió sus condolencias a los familiares de los fallecidos y su deseo de una “pronta y completa” recuperación a los heridos.

También mostró su confianza en que todos los cómplices e instigadores de este atentado sean llevados ante la Justicia a la “mayor brevedad” para responder por sus crímenes.

Por último, España reiteró su “plena solidaridad” con el pueblo y las autoridades de Turquía en su lucha contra la “barbarie terrorista”, así como su “firme propósito” de seguir cooperando para acabar con esta lacra.

Las autoridades turcas responsabilizan a los kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de haber ejecutado un atentado con coche bomba contra una comisaría en el sureste del Kurdistán que causó 19 muertos, entre ellos diez soldados, y 27 heridos.

El PKK y el Gobierno turco suspendieron en julio de 2015 un alto el fuego que había durado más de dos años y medio. El proscrito partido kurdo lucha por la independencia del Kurdistán, territorio que comprende partes de Iraq, Siria, Irán y Turquía.