El 5% de la población española tiene orejas prominentes, que se caracterizan por estar separadas del cráneo de forma anormal. Más de la mitad de los afectados reconoce haber sufrido bromas con el tamaño y forma de sus orejas, que, además, les provoca una baja autoestima.

Por ello, el doctor Antonio Porcuna, especialista en Cirugía Estética y Reparadora, aseguró que este grupo de población busca una solución estética a su problema. De hecho, en el mundo se realizan unas 170.000 intervenciones quirúrgicas cada año y en España, más de 3.500 personas entran en quirófano para someterse a una otoplasia. Sin embargo, esta cirugía tiene sus riesgos y complicaciones postoperatorias después de dos horas de intervención.

Para reducir estos problemas se presenta un nuevo implante como alternativa a la cirugía. Según explicó el doctor Porcuna, “este dispositivo cuenta con unos simuladores que se colocan en el exterior de la oreja que permiten al paciente elegir si las quiere más o menos pegadas al cráneo. Una vez decidida la forma, se retiran estos simuladores y se introduce el implante, que se asemeja a un click y que sólo requiere dos o tres puntos de sutura. Esta intervención ambulatoria puede rondar entre los 2.200 y 4.000 euros”.

IMPACTO PSICOSOCIAL

De esta forma se evita la manipulación quirúrgica del cartílago auricular y acorta el tiempo en quirófano. Este implante sólo está indicado para aquellas orejas que tengan un pliegue antihélix poco desarrollado, aunque se puede colocar tanto en adultos como en niños mayores de siete años. Este click es de aleación metálica de niquel y titanio recubierto de oro de 24 quilates de calidad médica para que no se vea bajo la piel de la oreja.

Pero las orejas ‘de soplillo’ tienen, además, un importante impacto psicosocial, según los resultados del estudio ‘Escucha a tus orejas’, realizado por Allergan.

El 55% de los encuestados consideró que la imagen de la cara, incluyendo las orejas, influye en su autoestima personal. Tanto que hasta un 77% piensa que, en caso de sufrir muchas burlas por las orejas, una persona puede empezar a aislarse socialmente por vergüenza.

Por este motivo, un 34% aseguró que se sentiría más feliz si no tuviera las orejas ‘de soplillo’, un 23% afirma que tendría una mayor autoestima y un 20% confiesa que tendría menos vergüenza en público.