Así se desprende de los datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, recogidos por Servimedia.

Según esta información, este pasado mes de julio se cerró con 61.073 presos en España frente a los 64.496 del mismo mes de 2015, lo que implica 3.423 reclusos menos, un descenso del 5,3%.

Esto se produce después de las críticas que la oposición hizo en las Cortes tanto al nuevo Código Penal como a la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que fueron aprobados por el PP la legislatura previa a las elecciones generales del 20 de diciembre pasado. Estas reformas legales no se han plasmado, en la práctica, en un aumento de internos en las cárceles, como se preveía desde algunos sectores.

TENDENCIA DESCENDENTE

Entre las principales novedades, la nueva normativa penal incluía la prisión permanente revisable y eliminaba las faltas, que pasaron a convertirse en conductas que podían ser multadas con la Ley de Seguridad Ciudadana.

Estas reformas no han variado la línea descendente de la población reclusa que se viene produciendo en los últimos años. Así, en julio de 2013 se bajó de los 70.000 presos, en concreto ese mes cerró con 68.405 internos en las cárceles nacionales.

Esta tendencia a la baja se repitió en julio de 2014 (66.443 presos), 2015 (64.496) y 2016, que cerró julio con 61.073 personas recluidas en los centros penitenciarios.