Rivera compareció en rueda de prensa tras la constitución del Congreso de los Diputados, en la que se plasmó su acuerdo con el PP para la composición de la Mesa, muestra de que su partido será "decisivo" en el nuevo Parlamento.

Una vez dado ese paso, Rivera pidió al PP y al PSOE que abandonen sus "posiciones maximalistas" e inicien un diálogo que pueda fructificar con la abstención de los socialistas.

Rivera preve la sesión de investidura para finales de julio o comienzos de agosto en virtud de lo que el propio Rajoy le dijo en su reunión, aunque reconoció que no tiene más información sobre los planes del candidato del PP.

Preguntado expresamente por ello, Rivera rechazó especular sobre la procedencia de los diez votos de más que sumaron los vicepresidentes de su partido y del PP, y que a la vista de la votación proceden de fuerzas nacionalistas.

Se limitó a subrayar que el PP se comprometió a cederles 64 votos para unirlos a sus 32 y hacer vicepresidente primero a Ignacio Prendes, lo cual cuadra con los 96 votos obtenidos por ese diputado, a cambio de respaldar a Ana Pastor como presidenta.

No explicó por qué se decantó por Pastor y no por el socialista Patxi López, ya que su partido era partidario de que el Congreso fuera presidido por una formación diferente a la del Gobierno. Se limitó a insistir en su deseo de una presidenta "constitucionalista" que cerrara el paso a la alternativa presentada por Unidos Podemos.

En todo caso, sí precisó que si esos votos de más proceden del Partit Demòcrata Català a cambio de que esa formación pueda tener grupo propio en el Congreso de los Diputados pese a no cumplir los requisitos, le parece "mal".