Las tres fábricas clandestinas desmanteladas estaban perfectamente acondicionadas para que sus trabajadores pernoctaran en ellas sin ser detectados, estando totalmente aislados del exterior.

Málaga, Toledo y Salamanca, fueron las ciudades elegidas para ubicar las fábricas, equipadas con maquinaria industrial traída desde Bulgaria y cuyo valor aproximado es de un millón de euros, en las que fabricaban los cigarrillos y los empaquetaban para su distribución ilegal. Se estima que en cada una de ellas, la capacidad de fabricación era de más de 11.000.000 de cigarrillos por semana.

En las tres fábricas desmanteladas se han incautado un total de 39 toneladas de tabaco picado y 260.656 cajetillas de tabaco, cuyo valor asciende a los 7.100.000 euros, y maquinaria diversa para todo el proceso de producción, cartonaje y leyendas sanitarias de distintos países.

Por último, esta operación comenzó a mediados del mes de octubre de 2014, cuando la Policía Nacional recibió información procedente del Ministerio del Interior de Bulgaria sobre la existencia de un grupo organizado asentado en España que podría dedicarse a actividades constitutivas de delitos de contrabando, contra la propiedad industrial, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y contra la Hacienda Pública.