Solchaga subrayaba de este modo su oposición a la idea de que existiera una clara relación entre la apertura de una economía y el crecimiento del empleo, una de las máximas expuestas en el informe elaborado por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y Analistas Financieros Internacionales (AFI).

“La relación entre apertura económica y empleo es más compleja”, reiteró. “Es buenísimo tener empresas internacionalizadas, pero no hace milagros respecto al empleo”.

El ex ministro de economía y actual presidente de la Fundación Euroamérica incidió también en que el tamaño “no puede ser una barrera infranqueable, pero es una barrera”. Asimismo, defendió que el “apoyo” de las administraciones “debería centrarse sobre todo” en las pequeñas y medianas empresas y en las primeras fases de su apertura.

Opinión replicada por Josep Lluís Bonet, presidente del Grupo Freixenet, quien subrayó que “los que han tirado del carro son las empresas líderes” y que ellas deberían tener “el máximo apoyo”.

Por su parte, Ángel Torres, secretario general de Política Económica y Economía Internacional, defendió que “la mejor política de internacionalización, sería eliminar todas las trabas que impidan” que las empresas sean competitivas.

Por su parte, tanto Félix Larrosa, portavoz de Turismo y Comercio, Comisión de Industria, Turismo y Comercio en el Congreso de los Diputados; Javier Vallés, director de la Oficina Económica del Presidente, y Elena Pisonero, ex secretaria de Estado de Comercio, incidieron en la necesidad de una “verdadera cooperación entre las administraciones”.

El estudio señalaba que en España, “históricamente”, por cada diez puntos de incremento del grado de apertura al exterior de la economía, la tasa de empleo aumenta cuatro puntos.

Asimismo, destaca el aumento de un 6,4% en el número de empresas que exportaron el año pasado pese a la crisis; mientras que los exportadores regulares, que han vendido fuera al menos durante cuatro años seguidos, se mantienen en 39.000.

Durante la presentación del informe, su director y socio de AFI, José Antonio Herce, citó el precedente de la recesión de 1992 y 1993. En ese caso, la aportación de las exportaciones a la evolución interanual del PIB fue de 2,7 puntos porcentuales durante de 1993 a 1997.