En un mitin en Oviedo, el líder socialista instó a los socialistas a ganar las elecciones “puerta a puerta”, en la calle, y pidió “que ningún votante socialista se quede en casa” el próximo día 26, de forma que se cumpla lo que todo el mundo prevé de que el próximo gobierno dependerá del PSOE; pero no por a qué partido apoyen los socialistas sino por que sus votantes hagan que lo abandere el PSOE.

Sánchez, que tuvo un gesto con la lengua de signos, cuyo día se celebra hoy, pidiendo un aplauso para ella que él mismo y sus espectadores escenificaron en dicha lengua, insistió en su enfoque habitual de las próximas elecciones como un plebiscito sobre el cambio, y en sus críticas al PP y a Unidos Podemos.

Al PP le echó en cara la reforma laboral, el copago sanitario y la limitación a 90 días de la tarjeta sanitaria a los que se van de España (antes del mitin, Sánchez visitó un hospital público ovetense), y pidió “que no le salga gratis a Rajoy lo que ha hecho en estos cuatro años”. También satirizó su promesa de bajar impuestos: “¡Al suelo, que viene Rajoy hablando de impuestos!”.

Calificó de “regalo fiscal” la bajada de impuestos a las clases altas y avisó de que ahora, con la amenaza de multa de la UE por el exceso de déficit, habrá que subir los tributos y esta vez lo pagarán todos.

Respecto a Unidos Podemos, reiteró que los avances sociales que reivindicó en el debate su candidato a la Presidencia, Pablo Iglesias, se podían estar aplicando ya si le hubieran investido a él en la pasada legislatura, y por eso alertó a sus potenciales votantes progresistas para que “no tropiecen dos veces en la misma piedra” y voten por el cambio que predican y luego bloquean. También enumeró las sucesivas exigencias que le puso Iglesias, poco sociales: cuatro grupos parlamentarios en el Congreso, ministerios y hasta un independiente como presidente después de denunciar antes de entrar en el Congreso que los diputados no les representaban.

“¿Por qué votaste que no?”, preguntó retóricamente a Iglesias, en respuesta velada al susurro de anoche del líder de Podemos de que él no era el enemigo del PSOE. Y se respondió a sí mismo que para Podemos “es mucho más cómodo tener un presidente como Rajoy”. Como conclusión, reclamó a su auditorio: “Votad para que aquellos que dijeron que no tengan que decir que sí después del 26 de junio”.