Según informó la Polícía, los integrantes de la banda fueron arrestados ‘in fraganti’ cuando pretendía perpetrar un nuevo asalto en una sucursal del distrito madrileño de Chamartín. Sólo en 2015, los detenidos cometieron ocho robos con intimidación, en uno de los cuales lograron más de 150.000 euros de botín. La cuantía total de sus robos asciende casi a 200.000 euros.

Los atracadores accedían a la sucursal bancaria una vez cerrada al público, maniataban a los trabajadores y esperar el tiempo necesario para la apertura de los contenedores del efectivo, dándose posteriormente a la fuga.

VIGILANCIA FEMENINA

Previamente a la comisión de sus golpes, los autores realizaban tanto gestiones de información de la sucursal objeto del asalto como del personal que trabajaba en la misma. Esta función la solía realizar la única componente femenina del grupo criminal. Cuando habían recabado todos los datos acerca de banco y empleados, ponían en marcha su operativa preparando el robo de forma minuciosa.

Los integrantes de la organización desarticulada son personas de mediana edad con elevados conocimientos delincuenciales y cuentan con antecedentes policiales por hechos de la misma naturaleza. Uno de ellos participó hace años en un atraco en el que los autores mataron a un agente de la dotación policial que llegó al lugar del robo. Otro había cumplido condena por homicidio en grado de tentativa al haber apuñalado a un vigilante de seguridad.