Los agentes franceses rodearon y empezaron a identificar a los cuatro presuntos etarras cuando se encontraban en un arcén intentando repostar con garrafas cuatro coches supuestamente robados minutos antes en el concesionario de la localidad francesa de Dammarie-lès-Lys.

Fue en ese momento cuando los gendarmes fueron abordados por otros dos vehículos, en los que, según las fuentes consultadas, viajaban entre tres y cuatro terroristas, elevando el número total de presuntos etarras que participaban en el robo a entre siete y ocho.

Tras el tiroteo, varios de los etarras que habían sido retenidos huyeron a pie y otros se subieron a los coches en los que viajaban los otros terroristas. Los agentes franceses consiguieron detener a un único etarra, Joseba Fernández Adurz, cuya identidad ha sido plenamente confirmada.

Los terroristas abandonaron en el lugar de los hechos cuatro de los seis vehículos que habían conseguido sustraer del concesionario.

En su interior, la policía gala ha encontrado varias armas, entre ellas una pistola de las robadas por la banda terrorista en la localidad francesa de Vaubert en octubre de 2006, lo que viene a reforzar la autoría de ETA. No se han encontrado explosivos, algo lógico al tratarse de una operación logística -el robo de coches para llevar a cabo atentados- de la banda terrorista.

Los investigadores franceses buscan huellas en el interior de los vehículos para tratar de identificar a los etarras huidos.