La organización ecologista explicó que a pesar de que el próximo viernes se cumplirán cinco años del accidente de la central nuclear de Fukushima-Daiichi, la situación sigue sin controlarse y aún no se puede entrar en los reactores, que están fundidos total o parcialmente, por el alto nivel de radioactividad.

Asimismo, aseguró que la descontaminación que el Gobierno japonés está realizando para permitir que los ciudadanos de zonas afectadas por la contaminación puedan volver a sus domicilios resulta insuficiente porque el nivel de tasa de dosis radiactiva permitida es demasiado alto. Además, se ha renunciado a descontaminar las zonas boscosas en las que se han encontrado puntos calientes con más actividad que ese límite radiactivo.

Ecologistas en Acción explicó que el principal problema ha sido luchar contra la constante fuga radiactiva al mar, un hecho traumático para un país como Japón que se vuelca en la pesca y donde es muy común el consumo de algas. La organización dice que un estudio de dos universidades europeas calculó que los costes del accidente superan los 80.000 millones de euros.

Castejón opinó que teniendo en cuenta la incertidumbre y el riesgo, “lo más sensato es proceder al cierre escalonado de las centrales nucleares, sobre todo teniendo en cuenta que existen alternativas más limpias y seguras”. Por último, declaró que la organización plantara un cerezo (árbol sagrado japonés) por cada año transcurrido desde el accidente en varios puntos de España en solidaridad con las víctimas y personas afectadas del accidente.