Así lo expresó Consuelo Madrigal, fiscal general del Estado, en el acto de presentación del fondo, que contó también con la presencia del ministro en funciones de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo.

En su intervención, Madrigal insistió en la importancia de no vincular estas ayudas con la excelencia educativa, aunque sí se exigirán unos mínimos a los becados, sino con la justicia de permitir estudiar a los hijos de mujeres muertas por violencia machista, que rondan los 200 desde que se contabilizan los datos.

EDUCACIÓN

A este respecto, tanto Joaquín Tagar, marido de Soledad Cazorla, como Marisa Soleto, presidenta de Fundación Mujeres, coincidieron en señalar la importancia de la educación en la prevención del maltrato machista, como tantas veces decía la fiscal fallecida.

“Educación, educación y educación” era la receta que daba Soledad cuando se le preguntaba por la forma de prevenir el maltrato, recordó emocionado su marido, que apuntó que estas becas no deben sustituir en modo alguno a las ayudas de las administraciones públicas y que insistió a las mujeres en la importancia que tiene denunciar.

Como decía Soledad, argumentó su esposo, lo que hay que decirle a una mujer que no denuncia por miedo es que si no lo hace, tendrá más miedo todavía, porque el miedo entra cada día por la puerta y porque ese miedo lo será también por sus hijos y por sus padres.

OPTIMISMO

El marido de Soledad Cazorla quiso finalizar su intervención con “una llamada al optimismo”. Considera que a veces se es demasiado pesimista en cuanto a los avances contra la violencia de género, teniendo en cuenta que no son tantos los años que se lleva trabajando para minimizar la situación y acabar con “la irracional realidad” que supone el maltrato.

Por su parte, Soleto explicó que el fondo nace con una cantidad inicial de 125.000 euros aportados por la familia de Soledad y que su objetivo es que se mantenga en el tiempo con financiación externa para otorgar cada año unas ocho o 10 becas. De momento, prosiguió, Telefónica ya se ha comprometido a a hacer una donación durante el próximo lustro.

En concreto, las becas se destinarán a sufragar servicios de refuerzo educativo o psicológico, así como matrículas o gastos universitarios para que ningún niño o joven se quede sin estudiar por culpa de la violencia de género.