En la rueda de prensa posterior a la reunión del Grupo Municipal Popular, Aguirre, que ayer dimitió de la Presidencia del PP de Madrid, matizó que "nada tiene que ver una cosa con la otra", puesto que ha "adquirido un compromiso con los ciudadanos" y va a quedarse "los próximos cuatro años".

Añadió que ella no va a ser como los candidatos socialistas Fernando Morán, Miguel Sebastián y Trinidad Jiménez, que "estuvieron cinco minutos", y que no ve "ninguna razón para dejar este escaño, sino todo lo contrario", pese a que Ahora Madrid y el PSOE le han reclamado que deje también el acta de concejala.

Aguirre aseguró que no pensaba que el PP nacional le iba a colocar una gestora en su lugar, aun sabiendo que no es "la niña de los ojos" de la dirección. Igualmente, desmintió haber querido marcar el camino al presidente del partido, Mariano Rajoy: "De ninguna manera. Bastante tengo yo", apostilló.

No obstante, asumió su "responsabilidad in eligendo" e "in vigilando", porque es "culpable de no haberse ocupado de las cuestiones económicas" del PP regional.

"He hecho mal, no he tenido suficiente celo", reconoció, reiterando que no le consta que haya habido financiación ilegal del PP madrileño y que a ella nunca la imputarán por corrupción.

La expresidenta del PP de Madrid aseguró que ella no está “aquí para juzgar ni para aconsejar a nadie”, cuando se le preguntó por lo que ha de hacer Rajoy, pero sí se pronunció sobre lo que cree que ha de ser el futuro del PP regional, “en situación de interinidad” desde que ella misma propuso en vano tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015 convocar un congreso extraordinario al que ella no concurriría para renovar ideas y personas.

Si ahora el PP nacional pone una gestora en Madrid, desea que también sea interina y, de cara al próximo congreso, recomendó: “Esta vez los militantes tienen que tener su voto, no delegados ni compromisarios”. Recordando que su portavoz adjunto, Iñigo Henriquez de Luna, ya lo reclamó en el Congreso de Valencia de 2008 y subrayó que “ahora no estamos dispuestos a que no sea así”.

Aguirre concluyó que ella hace siempre lo que cree que haría un político británico, y esta vez también lo ha hecho, tras meditarlo todo el sábado. Todo ello, insistió, sin tener constancia de financiación irregular, pero sospechando que, si el juez mantiene incomunicado a Granados, es porque habrá visto “algo grave”.