Europa también busca ondas gravitacionales, pero desde el espacio
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA prevén el lanzamiento en 2025 de una misión encargada de detectar ondas gravitacionales en el espacio.
Conocida como LISA (Laser Interferometer Space Antenna), esta misión busca detectar el mismo tipo de ondas predichas por Einstein y cuya existencia por fin se confirmó ayer, solo que lo hará gracias a tres naves que orbitan a cinco millones de kilómetros entre sí, formando un triángulo equilátero.
Según explicó a Servimedia Alberto Casas, profesor de Investigación del CSIC en el Instituto de Física Teórica, el observatorio estadounidense LIGO ha conseguido captar ondas gravitacionales desde tierra (lo mismo que buscan los italianos en VIRGO), “pero ciertas longitudes de estas ondas no llegan a la superficie del planeta” y solo se pueden captar desde el espacio.
Este es el objetivo de LISA, que debido a su complejidad, ha contado con un precursor (LISA Pathfinder) enviado por la ESA a fin de comprobar que las exigencias tecnológicas que implica se pueden alcanzar.
Para Casas, la posibilidad de detectar ondas gravitacionales supone percibir el universo “con un nuevo sentido. Es como si a la vista y al oído le añadiésemos otro más”.
Hasta ahora, todo lo que conocemos del universo ha sido gracias al estudio de las ondas electromagnéticas, “pero estas son algo totalmente distinto”.
Explicó que del mismo modo que las ondas sonoras producen pequeñas oscilaciones y estiramientos en el aire por el que viajan, las ondas gravitacionales alteran (comprimen y expanden muy levemente) el espacio y el tiempo al circular por el vacío.
Por eso, para detectarlas se necesita medir con muchísima precisión los cambios en la longitud de dos tubos láser producidos al paso de estas ondas, que como consecuencia de las modificaciones en el espacio y el tiempo, generan cambios microscópicos en su tamaño.
Einstein predijo la existencia de este tipo de ondas como una consecuencia que completa su Teoría General de la Relatividad, expuesta hace 100 años, aunque hasta ayer no se tenía evidencia directa de su existencia.
Según Casas, las apreciaciones sobre el distinto transcurrir del tiempo en el espacio enunciadas en esta teoría general permiten el correcto funcionamiento de los sistemas de geolocalización (GPS, Galileo, etc.).
“Eso por no contar que nos han ayudado a comprender el funcionamiento de los planetas y a deducir la existencia de los agujeros negros, entre otros”, apuntó.
De ahí que “aunque aún no podemos decir qué aplicaciones prácticas tendrán estas ondas, sí sabemos que nos ayudarán a conocer mucho mejor el universo y, por tanto, la naturaleza que nos rodea. Es todo un avance”.
(SERVIMEDIA)
12 Feb 2016
AGQ/caa