Según informó el Ministrio del Interior, durante la operación se ha procedido a la detención de nueve integrantes de la red y se han intervenido 646 kilos de hachís en fardos, una pastilla-muestra de 100 gramos de hachís, cuatro vehículos (uno de ellos de alta gama valorado en 120.000 euros), 7.825 euros en metálico, placas de matrículas falsificadas o dobladas españolas, francesas y alemanas, así como documentación.

A los detenidos se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y falsificación documental.

Las investigaciones se iniciaron hace tres meses cuando se detectó en las poblaciones oscenses de Jaca y Sabiñánigo una organización criminal que estaría utilizando varios garajes para ocultar cargamentos de droga antes de transportarlos a Francia.

Las indagaciones de los agentes determinaron que se trataba de una organización asentada en Francia, cuyos integrantes, de nacionalidad francesa y origen magrebí, contaban con multitud de antecedentes en el país vecino por delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, robos, uso de matrículas falsas, amenazas y lesiones, y que estarían haciendo uso de sus contactos en Marruecos para suministrar la droga hasta la localidad malagueña de Estepona, donde contaban con su base de operaciones.

DOS FASES

Durante la primera fase de la investigación, efectuada en el mes de diciembre, los agentes se incautaron de 24 fardos de distinto tamaño, que contenían un total de 646 kilos de hachís, y detuvieron a los seis miembros transportistas de esta red. En el registro practicado los agentes también intervinieron los cuatro vehículos y 3.325 euros en metálico.

En la segunda fase se desmanteló la base de operaciones en Estepona, deteniendo a dos integrantes que conseguían la droga procedente de Marruecos.

Tras realizar una entrada y registro en un inmueble de una urbanización de lujo en esa localidad, se les detuvo y se requisaron 4.555 euros en metálico, así como diversa documentación, una matrícula falsa y una tableta de hachís de 100 gramos que había servido de muestra del cargamento que resultó aprehendido en diciembre.

Además, uno de estos detenidos era fugitivo de la justicia francesa. La organización contaba con la colaboración de una “mujer pantalla”, que aportaba su documentación española para suscribir los contratos de alquiler de viviendas, garajes, vehículos y hoteles a su nombre, y a la que proporcionaban vuelos desde Melilla hasta los lugares donde fuera necesario firmar los documentos.