(REPORTAJE)
La historia "secreta" de las bombas de Palomares
- Hoy se cumplen 50 años del accidente
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El 17 de enero de 1966, hace 50 años, cuatro bombas termonucleares cayeron sobre Palomares, pedanía de la localidad almeriense de Cuevas del Almanzora, tras la colisión accidental de dos aeronaves de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. ¿Por qué sobrevolaban la península bombarderos norteamericanos con semejante cargamento? El periodista Rafael Moreno acaba de publicar 'La historia secreta de las bombas de Palomares', un libro que, según el autor, reconstruye “la historia definitiva de por qué pasó”.
El pasado 19 de octubre, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español, José Manuel García Margallo, firmaron en Madrid un memorando de entendimiento para “limpiar” Palomares de la radiactividad dejada por aquel accidente nuclear, ocurrido hace medio siglo.
¿Por qué se ha tardado tanto? ¿Se puede dar el asunto por zanjado? Para responder a estas preguntas hemos entrevistado al periodista y profesor universitario Rafael Moreno. Según afirma, su libro, “La historia secreta de las bombas de Palomares”, revela “la verdad silenciada durante décadas”.
¿CÓMO SE PRODUJO EL ACCIDENTE?
Comencemos por el principio. Según recoge en su web el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas del Ministerio de Economía y Competitividad (Ciemat), el accidente se produjo la mañana del 17 de enero de 1966. La culpable fue la colisión accidental de un bombardero B-52 y un avión nodriza KC-135, pertenecientes a las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, “durante una operación rutinaria de repostaje en vuelo”. Ambas aeronaves quedaron completamente destruidas y sus restos, de distintos tamaños, se extendieron “sobre cientos de hectáreas en el litoral y el mar de la zona”.
El bombardero B-52 transportaba nada más y nada menos que “cuatro ingenios termonucleares”. Uno de ellos impactó en un valle situado al oeste de Palomares, lo que provocó que detonara el explosivo convencional y que el plutonio que contenía se volatilizara e incendiara, “dispersándose en el aire y contaminando amplias extensiones de terreno incluso a cierta distancia del punto de impacto”. De otro de los artefactos, que se precipitó “con menos violencia” contra el suelo de una parcela muy próxima al casco urbano de Palomares, “solo detonó parte del explosivo convencional”, por lo que el plutonio que contenía se dispersó “por un área más limitada”.
Según el Ciemat, “los trabajos de remedio efectuados por las Fuerzas Armadas Norteamericanas culminaron en abril de 1966 con el traslado a Savannah River Facility, en Aiken (Carolina del Sur) de un volumen aproximado de 1.000 metros cúbicos de residuos radiactivos, principalmente tierras y restos vegetales”.
Ahora bien, si estos trabajos “culminaron” entonces, “¿por qué se anuncia hace unos meses que Estados Unidos y España van a limpiar la zona? ¿Es que no estaba limpia?”, se pregunta Moreno. Para el periodista, la de Palomares es una historia “marcada por un velo de sigilo, de silencio y de medias verdades”.
PREPARADOS PARA LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
Para llevar a cabo su investigación, Rafael Moreno dice haber realizado “entrevistas” y consultado “miles de páginas”. El 95 por ciento de ellas se las ha proporcionado Estados Unidos, aunque muchas tienen origen español: “El Departamento de Energía Nuclear norteamericano me ha entregado los documentos que la Junta de Energía Nuclear española –el actual Ciemat– mandaba a Washington, ¡y los españoles dicen que no los tienen!”.
Pero volvamos al accidente. ¿Por qué un bombardero de EEUU surcaba los cielos almerienses con cuatro bombas termonucleares? Según el autor, la respuesta está en las bases norteamericanas asentadas en nuestro territorio: “Fueron contempladas desde el principio por Estados Unidos como parte de su plan de ataque a la URSS en el caso de que hubiera una guerra nuclear. Así, durante años, hubo bombarderos en España listos para salir. Más tarde, los americanos optaron por que los aviones salieran y volvieran a su país sin tocar tierra, pero para eso hacían falta aviones de reabastecimiento en vuelo, que salían de las bases españolas”.
¿QUEDA O NO PLUTONIO EN PALOMARES?
Rafael Moreno hace referencia a un informe realizado por el Ciemat en el año 2009 que “define exactamente las zonas en las que hay restos y la profundidad a la que se encuentran”. Aunque “oficialmente no se ha informado de ello”, el autor señala que los expertos han calculado que, “al menos, queda medio kilo de plutonio todavía allí”.
El plutonio, cuya vida media ronda los 24.000 millones de años, “entra en el cuerpo y se queda en él, emitiendo una radiación que puede producir cáncer u otras enfermedades”. Y, aunque el investigador apunta que “no existen estudios específicos sobre la incidencia del cáncer en la zona de Palomares” y que tampoco hay “muertes directamente relacionadas con el accidente”, asegura que “sí hay casos de personas que han dado positivo al plutonio”.
Para contrastar estos datos hemos preguntado a Carlos Sancho Llerandi, investigador del Ciemat responsable del proyecto de Palomares. Este experto cuenta que, a partir del accidente de 1966, la Junta de Energía Nuclear y, posteriormente, el Ciemat, llevaron a cabo un plan de vigilancia radiológica tanto ambiental como personal en la zona. En virtud de este proyecto, se realizan análisis periódicos a muestras de animales, vegetales y a las aguas de Palomares, y algunos habitantes de Palomares se someten a controles médicos de forma voluntaria y periódica.
Para Sancho Llerandi, las conclusiones de estos estudios son claras: “Los resultados son perfectamente compatibles con la vida normal en Palomares, por lo que no existe ningún tipo de restricción ni para las personas ni para las cosas y se puede decir con total rotundidad que un producto alimenticio procedente de Palomares es totalmente seguro”. Entonces, ¿ha tenido el accidente algún tipo de consecuencias sobre la población? El investigador reitera que, “según los datos del Ciemat, no”.
(SERVIMEDIA)
17 Ene 2016
LLM/gja