Garzón protagonizó un emotivo mitin en el polideportivo Juan de la Cierva, en la localidad madrileña de Getafe, en el que la organización aseguró que entraron más de 4.500 personas y otras 1.000 se quedaron fuera porque la Policía Municipal les impidió la entrada para no superar el aforo.

Subrayó que en esta campaña ha habido “zancadillas y palos en las ruedas” a su candidatura pero a pesar de todo “la voz del pueblo no se puede censurar, no se puede callar”, y el guión que estaba escrito “para cuatro protagonistas” se ha roto por la resistencia de Unidad Popular.

Igual que se ha desbordado la expectativa de asistencia a los actos y de eco en las redes sociales, Garzón pidió desbordar las urnas el domingo para demostrar “cuál es la alternativa de izquierdas a favor de la mayoría social”. Será posible, dijo, si vota masivamente la gente humilde, sencilla, trabajadora, que quiere transformar la sociedad.

Garzón prometió seguir combatiendo la desigualdad “obscena” que permite que más de cien banqueros cobren miles de euros al día mientras cientos de miles de ciudadanos no tienen acceso a servicios básicos. Eso “no ha caído del cielo” sino que es fruto de unas determinadas políticas que se pueden revertir.

Pidió por ello el voto “coherente, determinante, desde el corazón y la cabeza”, con el que se defienden “principios incorruptibles” para construir una sociedad más justa en el que los trabajadores no sean meros “recursos humanos” sino personas con dignidad y con derechos.

Pase lo que pase el domindo, garantizó que seguirá luchando en las calles y en las instituciones a favor de esa justicia social con gente “honesta, que no transforma su discurso al calor de las encuestas” y que busca vencer convenciendo, consciente de que “ni un millón de votos justifica mentir a nuestro pueblo”.

Garzón se dirigió a los mayores que lucharon antes que él por los derechos que ahora defiende, y les dijo que esa lucha es su “mochila”. Se remitió después al histórico dirigente Marcelino Camacho para recuperar su convicción de que los derechos no se conquistan pidiendo permiso sino ejerciéndolos, y con esa premisa “vamos a conquistarlo todo sin pedir permiso”.

Denunció la existencia de una corrupción ilegal pero también de otra legal asentada por ejemplo en las privatizaciones, y en ese sentido reiteró su defensa de la nacionalización de empresas estratégicas para ponerlas al servicio de la gente. En esa lucha contra el capitalismo, defendió expresamente la dignidad de todos los habitantes del planeta, por lo que aseguró que defenderá los derechos de los animales.

También se comprometió con la sanidad pública, con la educación pública y laica, con la oposición a la OTAN y con unas relaciones internacionales basadas en la solidaridad. “No nos rendiremos, no nos arrodillaremos”, aseguró, al tiempo que aseguró que seguirá construyendo la unidad popular más allá de las elecciones con el mismo argumento con el que inició ese camino, convencido de que cuando se lucha contra una injusticia no se pregunta al de al lado qué carné tiene en el bolsillo.

En el acto participaron también los candidatos por Madrid Sol Sánchez y Enrique Santiago, que secundan a Garzón en la candidatura al Congreso de los Diputados, y también Jalía Abubakra, candidata al Senado y que había llegado pocas horas antes de Gaza, donde había estado retenida desde el pasado mes de agosto.