El programa electoral de la coalición mantiene el "No a la OTAN" y el compromiso de trabajar a favor de la disolución de la alianza militar.

Argumenta que las acciones militares de la OTAN desde 1990, "contraviniendo el mandato de la Carta de las Naciones Unidas, han causado centenares de miles de muertes, devastación y una desestabilización internacional sin precedentes desde el final de la segunda guerra mundial. Afganistán, Iraq, Libia o Siria, las malditas guerras provocadas para garantizarse el suministro de petróleo y el dominio de lugares geoestratégicos del mundo requieren la puesta a punto de la maquinaria militar para proseguir en su barbarie organizada".

Su "Concepto Estratégico", que le permite actuar sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, dice Izquierda Unida, convierte a la OTAN en una "amenaza para la paz".

Denuncia además que las bases son una "subordinación" a Estados Unodos, un Estado "que reconoce prácticas de tortura a detenidos, que detiene ilegalmente, que practica ejecuciones extrajudiciales en todo el mundo, que practica un espionaje generalizado y sigue manteniendo secuestrados en la cárcel de Guantánamo".

La coalición se remite a estudios según los cuales en España hay "fraude e improvisación" en el gasto militar, y sentencia que en el Ministerio de Defensa la opacidad es habitual. Denuncia también el elevado coste de mantenimiento de unas fuerzas armadas sobredimensionadas y los programas de armas que tienen sumido al Estado "en una colosal deuda" de 30.000 millones.

Apuesta por reducir el gasto militar, aumentar el control y la transparencia en el comercio de armas, por reforzar la educación por la paz, y por sumarse al "Compromiso humanitario" por la eliminación de armas nucleares.