(ENTREVISTA)
"Las personas con enfermedad mental tienen que saltar al ruedo y ser ellos los protagonistas"
- Nel González Zapico, nuevo presidente de la Confederación Salud Mental España
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La democracia habla y, aunque podría haber sido un hito histórico en el movimiento asociativo de la salud mental que el candidato con trastorno bipolar que se postulaba para presidir la Confederación Salud Mental España hubiera ganado, por poco margen, un 20% de los votos, pero aportando experiencia, trayectoria, posición y prestigio, Nel González Zapico vence. Como nuevo presidente, ha prometido continuidad en una entrevista concedida a 'cermi.es semanal', pero Nel desprende luz propia: por su particular toma de conciencia, su talante, su vocación de servicio, su forma de pensar progresista y su reconocida "beligerancia".
Acaba de aterrizar en el cargo de presidente de la Confederación Salud Mental España, pero lleva vinculado muchos años a la entidad. ¿Qué nuevos retos personales se ha propuesto para esta nueva "legislatura"?
Lo que más me preocupa y me entusiasma es poder culminar lo que está iniciado ya. Estuve trabajando ocho años con el anterior presidente de la entidad, José María Sánchez Monje, alguien muy difícil de superar como persona y como gestor, y todo lo que iniciamos está todavía en el camino, hay que continuar con ello. Pero hay retos nuevos porque tenemos el deber de adaptarnos a las demandas actuales de la sociedad. En este sentido, tenemos que preguntarnos qué es lo que se demanda, cómo enfocar la nueva problemática y cómo solventar las contradicciones que se presentan cada día y las que venimos soportando desde hace tiempo.
Ilusión por mi parte no va a faltar y la experiencia vale, pero todo es cambiante y no es lo mismo estar en una asociación, que en una federación o que presidirla. Lo que ofrezco es mi entera disposición.
¿Puede ser un poco más específico sobre estos nuevos retos?
Son seis los retos principales y están explicados en mi campaña electoral. Pero el más importante de todo ahora es escuchar a las familias que acuden a nosotros con el problema de que un familiar suyo ha debutado en la enfermedad mental. Tenemos que ser capaces de apoyar y ayudarles. Como consecuencia inmediata, queremos conseguir que las personas con problemas de salud mental sean reconocidas, respetadas y puedan vivir una vida normal como cualquier ciudadano.
Para ello hay que escucharles a ellos, a los que tienen un trastorno mental grave (TMG) en primera persona y darles la alternativa creyendo en su propia autonomía y en el respecto de sus derechos fundamentales, tal y como exige la 'Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad'. Y hay hacer esto con naturalidad y sin ningún tipo de temor. Las personas con enfermedad mental tienen que saltar al ruedo y ser ellos los protagonistas por delante de los familiares, aunque aún parece un poco utópico por la falta de recursos.
Si pasara como en algunos países europeos, donde una persona joven se emancipa a los 20 años y cuando le aparece la enfermedad mental ya estaba independizada, sería más fácil también aquí que la persona con TMG pudiera continuar con su vida. Para que ocurra esto en España, necesitamos recursos como una asistencia sanitaria adecuada, la rehabilitación de la persona y adecuación del empleo como poco. Eso es lo que queremos, primero escuchar a la persona con TMG y después a las familias. Esta organización originalmente priorizaba a las familias, pero hay que cambiar.
Para que esto ocurra, ¿qué hay que cambiar entonces en la confederación?
Respecto a la organización hay dos puntos importantes en los que hay que avanzar. Uno es en el conocimiento real de nuestro movimiento asociativo para hacerlo útil y eficaz. En este sentido, hay que mejorar nuestras capacidades de gestión, de interlocución, de atención la gente y la comunicación entre nosotros porque, aunque tenemos una causa muy clara que nos une: la idiosincrasia, el momento en el que se encuentra cada persona, etc., otras pueden variar entre entidad y entidad, y hay que ver hasta qué punto somos capaces no de homogeneizar sino aprender de todos y reconocer todo lo que hacen los demás para avanzar.
El otro tema que implica también a la confederación es el relacionado con la transparencia. Hoy en día una entidad tiene que estar perfectamente dotada, profesionalizada, tiene que ser contrastable por cualquier entidad en cualquier momento y hay que hacerlo con auditorías, un código ético para que todo el mundo se vincule y sepa dónde trabaja y qué perseguimos.
Por supuesto, de cara a la estrategia de la confederación, buscamos el empoderamiento de la persona con problemas de salud mental, su autonomía y el respeto de sus derechos fundamentales.
Tiene que haber algún objetivo nuevo que quiera abordar en esta nueva legislatura.
Lo que más me preocupa, además de la participación y de la colaboración de la empresa privada para dicha financiación, es conseguir una nueva forma de enfocar, acoger, escuchar y de dar soluciones no solo a las personas con TMG y sus familiares sino a la sociedad. Es primordial concienciar a la sociedad con la filosofía de la confederación de que hay que devolver la dignidad a las personas que, en su día, fueron segregadas. Y esta vez, queremos hacerlo de forma diferente: contando en este debate ético con las propias personas que tienen enfermedad mental.
Existe una crítica social a que los equipos directivos se perpetúen en los cargos porque puede llevar a cierta endogamia, a perder la frescura... ¿Cuáles son los pros y los contras de asentarse más de dos legislaturas en las cúpulas de las entidades?
La renovación es siempre positiva. Otra cosa es que detrás de la palabra renovación se enmascare un deseo de cambiar las cosas. Esta casa, la plataforma de Salud Mental España, tiene un importantísimo valor estratégico porque la enfermedad mental está en aumento. Sin embargo, insisto, con la misma plataforma se pueden hacer cosas totalmente opuestas. Nosotros ahora mismo abogamos por la autonomía, la recuperación, el empoderamiento, los derechos humanos y civiles y, para ello, reivindicamos recursos de la administración y del entorno. Esto es una forma de cambiar todo.
A las puertas de las elecciones generales del 20-D, el Cermi ha presentado a los partidos políticos que han manifestado que se presentan, una serie de propuestas relacionadas con los derechos, la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad y sus familias para que las incluyan en sus programas electorales. ¿Cómo de necesario es para la confederación trabajar con los partidos y mantener una relación política constante con ellos para lograr que se comprometan con los derechos de las personas con enfermedad mental y sus familias?
Es totalmente necesario. La Confederación Salud Mental España está dentro del CERMI que es el órgano político más importante de la discapacidad de este país e incluso, en algunos casos, las entidades deberíamos cederle soberanía. Nosotros, como cada una de las asociaciones y federaciones del movimiento asociativo, tenemos nuestros contactos con los partidos políticos y, de hecho, me acaban de confirmar que uno de los partidos emergentes quiere organizar un encuentro para conocernos.
A los que nos conocen volvemos a visitarles con nuestras propuestas y que son siempre, más o menos, las mismas y les recordamos que "no hay salud sin salud mental" y que la salud mental es el tema más importante de la Sanidad en occidente porque consume la mayoría de los recursos. ¿Sabe la gente qué cantidad de recursos consume la depresión por baja laboral? Es una barbaridad y por eso les advertimos que la salud mental tiene que ser prioritario en la agenda política si queremos cuidar a la sociedad y dar un buen servicio público a las personas. Tiene que convertirse en fundamental.
Dentro de la panoplia de propuestas del CERMI aludidas, hay varias que tienen que ver específicamente con las personas con problemas de salud mental. Una es la reforma inmediata de la Ley Orgánica Régimen Electoral General, ya que de las 800.000 personas con discapacidad que no pueden votar, muchas de ellas es porque tienen problemas de salud mental. ¿Le parece esto "una negación de la democracia" tal y como lo calificó el presidente del CERMI?
Lo corroboro y lo afirmo con la misma vehemencia que Luis porque no hay derecho. Hay personas que pueden tener una dificultad en algún momento de su vida, pero no por ello se les puede cercenar su derecho al voto. Es un delito impedir que las personas con enfermedad mental voten. Y lo mismo respecto a otras discapacidades.
Además de una reforma de la Constitución para constitucionalizar como fundamentales los derechos sociales, el Cermi exige que, mediante Ley Orgánica, se adapte todo el ordenamiento jurídico español a la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad. Entre los aspectos aún sin actualizar destacan, entre los que nos atañen, el de la libertad personal y, en este sentido, pide que se elimine "la posibilidad de los internamientos no voluntarios por razón de trastorno mental". ¿Cuál es su opinión?
Salud Mental España pide exactamente lo mismo y sabemos que para que eso pueda ser real tiene que existir una cultura de prevención, una serie de recursos y atención, una concienciación de la sociedad para que sepa que el TMG es algo que nos acompaña, que se puede detectar incluso en la escuela, que hay que atenderlo debidamente y que tiene que haber tolerancia ante la diversidad.
La enfermedad mental suele ser una discapacidad sobrevenida y, muchas veces, llega en la juventud. ¿Qué habría que hacer para que tanto el sistema de prestaciones sociales y el laboral atiendan adecuadamente a las personas con discapacidad sobrevenida?
La discapacidad por enfermedad mental llega en un momento en que la persona no ha conseguido sus objetivos y eso impide que desarrolle su vida con normalidad, al menos durante un extenso período de tiempo. Y ante este panorama no nos queda más remedio que volver a la reivindicación y a decir que deben existir esos mecanismos sociales, culturales y de recursos suficientes para que ninguna persona se encuentre desorientada y vea su vida cercenada.
Pero para ello, justamente, tienen que existir mecanismos rehabilitadores que permitan a las personas ser capaces de volver a recolocar su vida, a rehabilitarse. Entre ellos son fundamentales el acceso a la vivienda y al empleo.
Me niego, y lo digo bien algo, a que el empleo para las personas con enfermedad mental sea trabajo exclusivamente protegido. Quiero que las personas con enfermedad mental tengan un trabajo con apoyo, pero, sobre todo, normalizado. Tienen que ser apoyadas en la empresa ordinaria porque cuando estás en la empresa ordinaria.
En la Educación, por tanto, ¿se debería enseñar que la enfermedad mental puede irrumpir en la vida de los jóvenes y que, de pasarles, no es necesario traumatizarse tanto como nos ha ocurrido a muchos?
Estoy totalmente de acuerdo. En la escuela no solo hay que educar a las personas, sino también prevenir y observar. Para ello, hay que llevar a gente capacitada a los consejos escolares. Este tema, junto al de la atención psiquiátrica infantil, son muy importantes para la prevención y la detección.
¿Qué opina respecto a la "severidad" del sistema al reconocer la incapacidad y de su "inflexibilidad" para recuperar el talento de la persona con TMG mediante su rehabililitación, la adecuación de puestos de trabajo y que puedan compatibilizar el empleo con pensiones y apoyos sociales?
Va en contra los derechos humanos. No hay que presuponer nada de una persona que haya sufrido un episodio en su vida, eso está clarísimo. Este nuevo modelo legal de empleo que propone el Cermi es un trabajo de largo alcance, de concienciación, de reconocimiento. Las personas tienen derecho a equivocarse, a enfermar, a sanar y a recuperar todo aquello que no tenía o ha perdido. Y para lograrlo, la labor a desarrollar es muy grande.
Mujeres con enfermedad mental. ¿Por qué todavía las mujeres con enfermedad mental, como en el resto de discapacidades, siguen siendo doblemente discriminadas en todos los ámbitos? ¿Qué medidas se le ocurre que podrían poner en marcha en su entidad para lograr la igualdad entre hombres y mujeres con TMG en el movimiento asociativo?
Las mujeres, en general, se llevan la peor parte. Las mujeres son iguales que los hombres, y son poderosas. La perspectiva de género está contemplada en la confederación, la tenemos muy en cuenta. Aquí trabajan mujeres con problemas de salud mental. Sin duda, lo tiene más difícil. También hay que reconocer que las personas que tenemos TMG, si no fuera por nuestras madres y mujeres, estaríamos mucho más abandonados. Lo que está clarísimo es que sí hay una triple discriminación sobre la mujer con enfermedad mental. Pero en la confederación, la perspectiva de género está integrada en todo.
El 10 de octubre, 'Día mundial de la Salud Mental', su antecesor tildaba de "imprescindible", al igual que defiende el CERMI, el empoderamiento de las personas con enfermedad mental. ¿Por qué es importante que las personas con TMG decidamos nuestras vidas? ¿Cómo se lo explicaría a la sociedad?
Hay dos niveles: el que atañe a la persona, y el que atañe a la entidad y la sociedad. El de la persona tiene que ver con que, una vez que se estabiliza, tiene derecho a decidir su vida, esto es un derecho humano. Y respecto a la confederación y la sociedad porque, sencillamente, hay personas con enfermedad mental que valen un potosí y la gente que vale, con talento hay que aprovecharla.
No podemos condenar al ostracismo a nadie, ni ponerle una etiqueta ¡la gente vale! Y el que no vale para una cosa, vale para otra.
¿Tienen pensado realizar iniciativas para que las personas con enfermedad mental comencemos a hablar en primer persona, con voz propia, tal y como persigue el tejido asociativo para todas las personas con discapacidad? Hay que darse cuenta que, en nuestra enfermedad, hay que salir del armario primero y eso entraña una dificultad añadida.
Sí. Tengo clarísimo que la participación de las personas con TMG en todos los estamentos organizativos será real. Ya lo está siendo, pero hay que aumentarlo muchísimo más. De hecho, quiero ir al Parlamento acompañado de alguna persona con problemas de salud mental. Y en algunos casos, que llegarán, que vayan ellos solos. Yo represento a la confederación y a todos ellos, pero quiero que quede por escrito aquí mi compromiso de que ese cambio, con pasos lentos, pero seguros, es real.
Hay que ser generosos y solidarios. No se trata de caridad y tonterías de esas. Hay que preguntar a la persona que qué necesita, y decirle lo que pensamos y hasta dónde le podemos ayudar; preguntarle después si necesita más y, si no podemos darle lo que pide, buscar ayuda fuera, y por último, cuando esté recuperado, plantearle si está dispuesto o dispuesta ya para seguir con su vida por sí misma o por sí mismo. En ese momento, está bien que sepa que seguimos ahí si vuelve a necesitar ayuda, pero hay que dejarles que puedan desarrollar sus vidas por sí mismos. Si luego quiere trabajar aquí y dar su testimonio, pues se celebra.
¿Para cuándo entonces un presidente o una presidenta de la confederación con TMG que dirija la entidad?
Debemos de llegar a ello, claro, con naturalidad. Pero no depende de lo que yo opine sino de lo que digan las personas que tienen el TMG porque, quizás, hay personas que les gustaría y hay que buscar fórmulas para que sea posible. El nivel técnico de la entidad sí lo permite ya. Pero, hoy por hoy, no hay nadie. Se presentó un candidato con trastorno bipolar a estas últimas elecciones, apoyado por los "renovadores": Manuel Movilla.
Pero, ¿primero esa persona tiene que ser presidente de una de las asociaciones?
Supongo, ese sería el orden natural. Primero empezar por una asociación, después la federación y después la confederación.
Intuyo que, en realidad, en los estatutos no está recogido que esto sea así.
No, no. Eso no lo dice. Los socios somos todos iguales. Tú eres un socio y tú como socio tienes derecho a participar y a presentarte a todo, eso sí que lo dicen los estatutos: "cualquier persona puede presentarse a la presidencia". Pero lo normal, lo que valora la gente es que tenga experiencia.
¿Se podría ir formando, entonces, a algunas personas con enfermedad mental del movimiento para que pueda presidir la confederación dentro de cuatro años?
Evidentemente. Esa es la clave. Que llegue alguien que diga que quiere, que puede, que tiene disponibilidad y enseñarle cómo funciona una junta directiva, lo que es un acta, quienes forman el personal, hasta dónde llega el nivel técnico, el político... Y, después, se trata de la habilidad de esas personas que se postulen y no pasa nada porque tenga un problema de salud mental.
La experiencia, la trayectoria, se ve, para usted es necesaria...
Para mí, fundamental. Y esta reflexión podemos hacerla extensiva. La sociedad civil puede volver a ser simbólica o real. Si hacemos muchas cosas, pero no somos efectivos en la práctica porque somos víctimas de esa utopía es como cuando viene 'Paco con las rebajas' y perdemos posiciones, capacidad, prestigio... Cuando quisiéramos darnos cuenta de lo perdido, seríamos conscientes de que hemos hecho un flaco servicio a la sociedad civil.
(SERVIMEDIA)
07 Nov 2015
BSR/gja