(REPORTAJE)
Kowabunga, una iniciativa española para fomentar el ecoturismo en México
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A finales de la década de los ochenta la palabra `kobawabunga´ era el grito de guerra de las Tortugas Ninja, protagonistas de una saga cinematográfica con cierto éxito en la época. Años después, este grito inspiró a Clara Cordón, junto a cuatro personas más, para dar nombre a un proyecto sobre ecoturismo cuyo objetivo primordial es salvar a las tortugas marinas que habitan las costas del estado de Oaxaca, en México.
Clara Cordón estudió Ingeniería de Montes en la Universidad Politécnica de Madrid y como proyecto de fin de carrera ideó el embrión de lo que hoy es la asociación ecoturística Kowabunga. Su trabajo gustó tanto al tribunal universitario que animó a su autora a continuar con esta iniciativa y convertirla en lo que es hoy.
Ella es la presidenta de Kowabunga, entre cuyos objetivos también está sensibilizar a un sector de la población local sobre los beneficios de conservar la naturaleza, en general, y en concreto a las tortugas marinas. Pero esta tarea no resulta fácil, ya que, como reconoce Cordón a Servimedia, “algunos de sus habitantes son personas con muy pocos recursos acostumbradas a ganarse la vida esquilmando la naturaleza. Muchos de ellos cazan tortugas para comer como cazan cocodrilos u otros animales”. Por suerte, destaca Cordón "también hay una parte de la Comunidad concienciada con el ecoturismo y el respeto hacia la vida animal".
El gran problema es que las tortugas marinas están en peligro de extinción. Por eso, ellos intentan buscar alternativas para que puedan “seguir sirviéndose de estos animales de una manera viable”, desde el punto de vista del ecoturismo, es decir “sacando partido a la naturaleza contando con las comunidades locales, pero sin devastarla”.
TURISMO CON CONCIENCIA
Enlazado con el primer objetivo, pretenden fomentar el desarrollo socioeconómico de la comunidad. Para este fin, Kowabunga organiza desde España viajes para incentivar el ecoturismo. De esta forma, además, se intenta evitar la presencia de 'hueveros', personas que roban los huevos de las tortugas (y las tortugas mismas) para venderlos en el mercado negro. Este proceso de sensibilización es muy lento porque “no es fácil convencer a una persona de que existen otras maneras de rentabilizar esto”. Por suerte, señaló, “el Gobierno mexicano está favoreciendo mucho las actividades ecoturísticas en la zona”.
Su propuesta de ecoturismo consiste en un viaje estival de dos semanas en la época en la que las tortugas vuelven a las playas para desovar. La primera semana realizan un campamento tortuguero con patrullajes nocturnos para ver a las hembras y hacer liberación de crías, respetando siempre el proceso de desovación para no interferir en el funcionamiento normal de las tortugas.
En la segunda semana de viaje organizan un recorrido por el estado conociendo e interactuando con comunidades locales y visitando varios pueblos de interés turístico, ecológico y arqueológico.
La tortuga es un animal que ha sobrevivido a multitud de catástrofes, “pero hoy están en peligro de extinción en gran parte debido a los humanos”, denuncia Cordón. Por eso considera que “hay que ser coherentes y tener conciencia. No puedes construir un hotel de lujo en una playa de anidación”. Por este motivo, para la realización de estos viajes, Kowabunga cuenta con la colaboración de Agrotravel, una empresa de desarrollo ecoturístico que es la única en España certificada totalmente sobre la sostenibilidad de sus productos y servicios.
Otro de los objetivos de Kowabunga es realizar, tanto en España como en México, talleres de educación medioambiental. Estas actividades son abiertas al público en general, pero la organización tiene especial incidencia en mujeres y niños. En Oaxaca, como señaló, “los niños disponen de mucho tiempo libre, ya que solo tienen cuatro horas lectivas al día”. Esto hace que, en algunas ocasiones, terminen adquiriendo malos hábitos. Los talleres de Kowabunga intentan “luchar contra la desidia de estos jóvenes y les hacen partícipes del entorno que les rodea desde pequeños”, lo que contribuye a que asuman su responsabilidad con la naturaleza.
UN ENTORNO NATURAL PRIVILEGIADO
Kowabunga trabaja en la comunidad indígena zapoteca de la Ventanilla y en la comunidad protegida de la Escobilla, donde se produce la gran arribada de tortugas marinas. Esta zona se encuentra dentro del estado de Oaxaca, un lugar tranquilo dentro México.
Sobre la elección de este estado como centro principal de sus actividades, Cordón señaló que “es un estado maravilloso y virgen, con muchos kilómetros de playas salvajes”. Además, aseguró que “ahora se encuentra en un momento clave para decidir hacia dónde quiere desarrollarse”. Sin embargo, se lamentó de que “aún hay muchas personas con mentalidad ’cortoplacista’ que prefieren hacer inversiones que le generen dinero rápido sin pensar en las posibles consecuencias sobre la naturaleza”.
En este sentido, Cordón destacó la necesidad de “empoderar a estas personas” y hacerles valorar lo que tienen, ya que “creen que la imagen que se proyecta de ellos en el exterior es negativa”. Es necesario, apuntó, “hacerles ver que la gente aprecia todo eso y ellos deben saber que la naturaleza puede seguir dándoles de comer sin la necesidad de devastarla”.
EL ECOTURISMO BIEN HECHO
Tal y como alerta la presidenta de la Asociación, “el ecoturismo se ha puesto de moda, pero hay que tener cuidado porque puede llegar a ser peligroso si no se hace bien”. Cordón destacó la necesidad de dar buena formación para no interferir en el entorno de los animales.
En este sentido, resaltó que “hacer buen ecoturismo no es fácil, además hay personas a las que no les interesa hacerlo bien”. Para hacer un buen ecoturismo, entre otras cosas “hay que reducir el trato directo con los animales a lo mínimo posible, que las infraestructuras estén hechas acorde con el entorno, es decir, con materiales de la zona, etc.”
Como ejemplo explicó que “lo primero que tiene que oler una tortuga al nacer es la tierra, porque será solo ahí donde volverá cuando sea adulta para reproducirse. Si una persona saca la tortuga del huevo y la toca, lo primero que va a oler esa cría será la piel humana y no va a saber identificar la tierra en la que ha nacido y, en consecuencia, no se va a reproducir nunca”.
En su opinión, “hacer un buen ecoturismo al 100% es muy complicado” pero destacó como buena herramienta las “ecoetiquetas”, que evalúan y certifican un compromiso real con el medio. Muchos hoteles, lamentó, “se venden como “eco” pero no tienen ni una ecoetiqueta”. Además, agregó para finalizar, “buscar una manera alternativa de hacer las cosas no siempre es fácil, pero todos deberíamos actuar acordes a nuestra conciencia y adquirir un mínimo de compromisos con algo tan importante para nosotros como es la naturaleza”.
(SERVIMEDIA)
31 Oct 2015
AOG/gja