El documento analiza factores que están afectando ya al sector, y que podrían tener mayor incidencia en su actividad en los próximos 15 años, como el cambio climático o la escasez de materias primas.

El objetivo de la iniciativa es que el informe sirva de herramienta a las empresas de moda para planificar sus futuras estrategias en materia de sostenibilidad, y afrontar los retos que se les pueden plantear en este ámbito.

Expertos en diseño y venta de moda, de universidades, sindicatos y ONG han presentado varias posibles situaciones que podrían afectar a las empresas del sector en el futuro.

Uno de los escenarios sería un cambio de actitud de los consumidores, que optarían por tener menos prendas de mayor calidad y más duraderas, comprar y vender ropa de segunda mano por Internet, o vestirse con ropa “inteligente” dotada de tecnología capaz de controlar su estado de salud.

Otro contempla la aparición de comunidades autosuficientes que producirían sus propias prendas, debido a la escasez de materias primas provocada por el cambio climático.

Una tercera hipótesis prevé que el progreso tecnológico permita producir ropa personalizada, o capaz de cambiar de aspecto a partir de materiales completamente biodegradables.