Los rebeldes prorrusos de Donetsk expulsan a Médicos Sin Fronteras
- La ONG afirma que ello tendrá “consecuencias potencialmente mortales” para miles de personas
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La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) informó este sábado que ha recibido una notificación por escrito de la Comisión Humanitaria de la autoproclamada República Popular de Donetsk (este de Ucrania), controlada por rebeldes prorrusos, con la que le retira la acreditación para trabajar y le insta a “detener de inmediato” sus actividades en esta región.
MSF denunció que no ha recibido ninguna razón por ello, cuando coordina su trabajo con las autoridades y está en disposición de continuar con esta colaboración “por el bien de la salud de miles de ciudadanos vulnerables” de Donetsk.
No es la primera vez que MSF es expulsada de un territorio de Ucrania, puesto que el Comité Humanitario de la autoproclamada República Popular de Lugansk (también al este del país) negó a finales del pasado mes de septiembre el permiso a la organización para que pueda prestar asistencia médica y humanitaria en esta región.
“Estamos muy preocupados por este paso, lo que privará a miles de personas de asistencia médica para salvar vidas”, subrayó el director de Operaciones de Médicos Sin Fronteras, Bart Janssens, quien añadió: “Esta decisión tendrá consecuencias potencialmente mortales para los pacientes que MSF deja atrás. Instamos a la Comisión Humanitaria de la República Popular de Donetsk a reconsiderar esta decisión sin demora, a fin de que podamos reanudar la prestación de asistencia sanitaria muy necesaria”.
Desde el comienzo del conflicto en el este de Ucrania en mayo de 2014, MSF ha donado medicamentos y material a unos 170 centros médicos de Donetsk para tratar a heridos de guerra y a pacientes con enfermedades crónicas.
ENFERMEDADES CRÓNICAS
Esta organización también ha llevado a cabo desde el pasado mes de marzo más de 85.000 consultas con las autoridades sanitarias locales a través de 40 clínicas móviles, así como la prestación de asistencia médica para personas que viven en lugares donde los médicos y las enfermeras han huido o donde las farmacias están vacías.
“Somos casi la única organización que proporciona tratamiento para la tuberculosis en las cárceles, insulina para los pacientes diabéticos y productos de hemodiálisis para tratar la insuficiencia renal”, continuó Janssens, quien apuntó que “con la terminación de nuestras actividades de un día para otro, miles de pacientes que padecen enfermedades crónicas potencialmente fatales quedarán ahora con poca o ninguna ayuda”.
De hecho, MSF recalcó que proporcionaba hasta ahora el 77% de la insulina necesaria para los mayores de 18 años con diabetes en las zonas controladas por la República Popular de Donetsk, así como el 90% de los productos imprescindibles para llevar a cabo el tratamiento de hemodiálisis, de vital importancia para los pacientes que sufren de insuficiencia renal.
“Sin el suministro constante de estos tratamientos que salvan vidas, pueden ocurrir complicaciones graves de salud. Hay muy pocas opciones para estas personas ahora que MSF ha detenido sus actividades. Estamos profundamente entristecidos de que tantos pacientes se queden atrás”, apostilló Janssens.
Por otro lado, MSF indicó que cerca de 150 presos con tuberculosis resistente a los medicamentos ya no tienen acceso al tratamiento que la ONG venía proporcionando desde 2011. “Hay un gran riesgo de que la salud de estos pacientes se deteriore pronto. Cualquier interrupción reduce drásticamente las perspectivas de curación, aunque se reinicie el tratamiento después”, dijo Janssens.
Por todo ello, Janssens instó al Comité Humanitario de la República Popular de Donetsk a que reconsidere la retirada de la acreditación de la ONG. “Como organización médica, éticamente no podemos aceptar vernos obligados a abandonar a nuestros pacientes”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
24 Oct 2015
MGR/man