Los grupos parlamentarios de estos partidos aprobaron una rebaja del IBI del 2% a todos los locales no residenciales, incluidas las grandes empresas a las que el Gobierno municipal había previsto subírselas. También aprobaron el compromiso de que el IBI se baje progresivamente hasta el 0,4%, mínimo legal, al final de la legislatura, siempre que lo permitan la evolución de las cuentas públicas, su sostenibilidad y los compromisos de pago de la deuda. Ahora Madrid votó en contra, pero al estar en minoría no pudo detener las mociones.

Por otra parte, los cuatro grupos, incluido Ahora Madrid, aprobaron bajar el IBI residencial a un 0,51%, lo que supone una rebaja adicional del 7% al anteproyecto de ordenanzas fiscales del Gobierno municipal.

Los cuatro grupos aprobaron también hacer una revisión catastral del valor de los inmuebles cuyo valor real haya bajado como consecuencia del descenso en el precio de las viviendas y una bonificación mayor al pago del IBI a las familias numerosas hasta cierto valor catastral, o bien con rentas bajas, con un umbral de renta más alto si tienen alguna persona con discapacidad.

Por unanimidad se aprobó igualmente una propuesta del PP para que los autónomos puedan estacionar con tarifa plana en zonas reguladas por el SER. El PSOE introdujo una enmienda, que los populares aceptaron, rebajando a ocho horas el límite máximo. EL concejal del PP José Luis Moreno precisó a los periodistas que propone la tarifa de un euro por hora, pero que eso todavía ha de aprobarse.

Finalmente, el PP y Ciudadanos sacaron adelante, con la abstención del PP y pese al voto en contra de Ahora Madrid, la tarifa cero de tasas municipales para las nuevas empresas que se instalen en la ciudad los primeros dos años, y hasta cinco si no obtienen beneficios.

Por el contrario, Ahora Madrid y el PSOE rechazaron con sus votos bajar al 25% la plusvalía municipal que defendió el PP y bonificar un 95% el impuesto por transmisión de viviendas hasta familiares de tercer grado, dos propuestas ante las que Ciudadanos se abstuvo. También rechazaron que el Gobierno municipal se comprometa a no crear nuevos impuestos o tasas municipales, como propuso el PP y apoyó Ciudadanos.

Esta revisión de las ordenanzas fiscales que impuso la oposición al Gobierno municipal en minoría se aprobó después de un educado pero intenso debate en el que el delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, retó a los grupos proponentes a decir qué gastos o inversiones va a dejar de hacer el Ayuntamiento como consecuencia de esta pérdida de recaudación, qué préstamos va a pedir aumentando la deuda, o bien a acompañarles al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas para decirle a su titular, Cristóbal Montoro, que el Consistorio va a incumplir su objetivo de déficit.

Un debate en el que Sánchez Mato argumentó que la recaudación de impuestos pretende combatir la diferencia de clases y preguntó por qué el PSOE vota en contra de la misma, mientras Moreno y la portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacís, le reprochaban que la lucha de clases es un concepto a su juicio anticuado y defendían que bajar los impuestos a las grandes empresas también supone apoyar el empleo que crean. Sánchez Mato se situó expresamente en una clase social distinta de la de Moreno, mientras Villacís dijo que ella se pudo pagar la carrera trabajando a los 18 años en un gran comercio.