Según calcularon, cada provincia española tendría que acoger a unos 300 sirios, de los cuatro millones que están desplazados a causa del conflicto que se originó hace cinco años. Otros ocho millones se encuentran desplazados dentro del propio territorio sirio, lo que en suma supone más de la mitad del censo total. En todo el mundo hay 60 millones de refugiados por la violencia y la guerra que asola numerosos países, en algunos desde hace décadas.

Estos fueron algunos de los datos y reivindicaciones planteadas este jueves por Bruce Eshaya-Chauvin, miembro del Comité Internacional de Cruz Roja; Raquel Martí, directora del comité nacional de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwace); Raquel González (delegada de Médicos Sin Fronteras para Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León); Juan José Rodríguez Sendín (presidente de la Organización Médica Colegial y del Foro de la Profesión Médica Española) y Juan Pablo Carrasco (presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina), en el marco del VIII Congreso de Educación Médica que se celebra en la Universidad Complutense esta semana.

Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial, reconoció como asumible una cuota de más de 17.000 refugiados para España, aunque “lo que no podemos es concentrárselos a cuatro médicos o enfermeros”. Para justificarlo recordó que la sanidad española ha atendido a más de un millón de inmigrantes en los últimos años, la mayoría sudamericanos, y recordó que los sirios que alcanzan Europa “son los más fuertes” y sanos. “Se intenta de manera burda evitar el efecto llamada”, pues “es un problema de decisión” a nivel de gobiernos.

Raquel Martí, de la Unrwace, denunció el trato “sumamente injusto y vergonzoso” que se da a los refugiados en las fronteras europeas y advirtió de que “van a seguir viniendo”. “La ONU advierte de que llegarán cientos de miles de refugiados si no ponemos fin a la guerra en Siria o al menos ayudamos a los refugiados. Cada vez lo harán por vías más difíciles e inseguras, como la que se está abriendo por Croacia, que tiene aún campos de minas”, denunció.

“Es voluntad política. No es que los gobiernos no puedan acoger a la población. Si lo puede hacer la ciudadanía qué no puede hacer un gobierno”, apostilló.

Bruce Eshaya-Chauvin, miembro del Comité Internacional de Cruz Roja, insistió en alcanzar con urgencia una solución “política” porque los problemas tienen su origen en ese ámbito, aunque las consecuencias son “humanitarias”, ya que la guerra, según dijo, aparte de los daños humanos, ha desmantelado las infraestructuras y el personal sanitario sirio. Según los cálculos, Siria recuperaría el nivel económico que tenía antes de la guerra dentro de 30 años.

ATAQUES A HOSPITALES

Raquel González, de Médicos Sin Fronteras, concretó que algunos ataques se han llevado a cabo con bombas barril llenas de metralla a hospitales y mercados y que hay una serie de “muertos que nunca se van a contabilizar” que se producen por la falta de medios y atención.

“Las situaciones de seguridad muy graves impiden el traslado de materia y asistencia médica y humanitaria”, dijo, destacando que “la presión migratoria no es sobre Europa, sino que es sobre las comunidades que los acogen”.

“Cuando los países europeos hablan de cuotas nos parece vergonzosa la actitud. No es cuestión de solidaridad ni de buenismo político, es una cuestión legal, porque tienen la obligación de facilitar que los refugiados puedan hacer al menos la solicitud de asilo y Europa está poniendo fronteras”, concluyó.