Todos los grupos, salvo ERC-IU-ICV, respaldaron este envío que supondrá un coste anual de 100 millones de euros y que se sumará al contingente actual de 1.068 efectivos en Afganistán: 998 de forma permanente y 70 que se ocupan temporalmente de la gestión y la protección del Aeropuerto de Kabul.

El grupo de militares adicionales está compuesto por tres Equipos Operativos de Asesoramiento y Enlace (OMLT en inglés), unidad de maniobra, protección y apoyo logístico y un contingente de refuerzo a los cuarteles generales de ISAF.

Es decir, 155 militares para formación -crear 3 nuevas OMLT, reforzar las 2 existentes, acompañar a la Guardia Civil-,90 efectivos de apoyo logístico a dichas OMLT, 180 efectivos de maniobra para dar seguridad y protección y 40 efectivos para transporte intrateatro de ISAF.

A estos 465 efectivos, se añaden un total de 46 más para contribuir a la nueva estructura de cuarteles generales de ISAF y poder cubrir los puestos asignados a España tras la reestructuración de los mismos.

El objetivo de este refuerzo, según Chacón, es trabajar en la "afganización" para que las fuerzas militares y de seguridad afganas se hagan con el control lo más pronto posible. "Para acabar antes nuestro trabajo y podamos ver una realidad: a los afganos haciéndose cargo de su propio destino como país", destacó.

Con este refuerzo militar, enfatizó Chacón, España "va a contribuir de una forma más que notable a la formación del Ejército Afgano", y concretó que España formará "uno de cada 20" nuevos soldados afganos, hasta llegar a unos 2.000.

RUMBO KABUL

La ministra avanzó que un primer grupo de los nuevos militares partirán hacia Afganistán a principios del mes de marzo aprovechando el relevo del contingente. El resto, dijo, irán más adelante.

En cuanto a los agentes de la Benemérita, Chacón señaló que un primer grupo de 24 agentes saldrán "durante el mes de febrero" para sumarse a la fuerza de la gendarmería europea, como instructores en centros de formación. El resto lo hará con posterioridad. Actualmente, hay 18 agentes destinados como Policía Militar y otros cometidos en Herat y Qala-i-Nao.

La ministra recalcó que todos los militares partirán "con todos los medios y la máxima dotación posible" aunque advirtió de que la "seguridad total no existe" en un teatro como Afganistán.

Además, comentó que todos los militares en esta misión, a partir del mes de marzo, patrullarán en los nuevos blindados, que relevarán a los BMR.

La titular de Defensa resaltó que Afganistán es un "escenario altamente arriesgado y de guerra" y ésta es la misión "mas dura, compleja y arriesgada" de las operaciones internacionales.

APOYO DE LA OPOSICIÓN

La diputada del PP y portavoz de su grupo en la Comisión de Defensa, Beatriz Rodríguez-Salmones, reclamó "claridad" a la ministra sobre la situación de la misión en el ámbito presupuestario.

Rodríguez-Salmones, además, pidió a Chacón que dé "prioridad total" a que acelere la adquisición de los vehículos blindados -previsto en 2014- para enviarlos a Afganistán junto con los RG-31 y los Lince que sustituirán los actuales BMR, de los cuales no quedará ninguno, según Chacón, después del mes de marzo.

El portavoz de CiU, Jordi Xuclá, expresó su apoyo, pero pidió una "afganización sin tapujos". "Más que de fechas de retiradas, dijo, habría que hablar de prorrogación del mandato" de la misión.

Similiar fue el posicionamiento del diputado del PNV, Joseba Beloki, quien ofreció su apoyo "indiscutible", aunque no "ciego", al aumento del contingente y a la misión en general. Señaló que, según algunas publicaciones, lo único que ha cambiado ha sido el discurso pero no las formas en el país asiático y recordó el centro de detención en Bagram.

Rosa Díez (UPyD), en nombre del Grupo Mixto, entregó su respaldo al Ejecutivo para este aumento si bien cuestionó a la ministra por si los soldados que van a las misiones han vivido el tiempo suficiente para formarse antes de participar en esta "difícil" misión.

El diputado del PSOE, Jesús Cuadrado, afirmó que "lo que hay en Afganistán ni es una guerra civil, ni es una guerra entre Estados, como en tantos lugares del mundo, sino que es una guerra, perdón, una violencia la que se produce allí, una enorme violencia contra la población que ataca a los derechos humanos".

"Si decidimos irnos se hunde el país" y "la vuelta al genocidio talibán", advirtió Cuadrado.

El único que mantuvo una oposición clara al envío de más tropas fue el diputado del Grupo ERC-IU-ICV, Gaspar Llamazares, quien exigió una "estrategia clara de retirada" para que "los afganos sepan que nos vamos". "Lo que estamos haciendo es fomentando el terrorismo en Afganistán en lugar de combartilo", aseveró Llamazares, a la vez que destacó que no se puede "implantar una democracia a base de bombas".

JÓVENES PREPARADOS

Chacón aclaró que la edad medida de la tropa y marinería, el grueso que se envía a misiones es de 27 años, en respuesta a las críticas sobre la juventud y la preparación de los militares que se envían al exterior.

En este sentido, la titular de Defensa subrayó que los soldados, antes de salir, pasan por un periodo de 18 meses de formación de los cuales, seis se realizan concretamente con la unidad con la que van a ser desplegados en Afganistán y con formación específica para el teatro de operaciones en el que van a trabajar.

12 KILOS DE EXPLOSIVO

Por otra parte, la ministra explicó el último ataque contra las tropas. Confirmó que un artefacto cargado con 12 kilos de explosivos acabó el pasado 1 de febrero con la vida del soldado John Felipe Romero Meneses.

El convoy, compuesto por 11 vehículos blindados, sufrió un "hostigamiento" con disparos desde el norte, por lo que se solicitó apoyo aéreo mientras iba por la llamada Ruta Lithium rumbo a Sang Atesh. Tras la huida de los insurgentes, continuaron el camino.

Al regreso, "completada la misión de reconocimiento que tenían asignada" casi hora y media después, se produjo la explosión de un artefacto explosivo (IED) que acabó con la vida del soldado que ocupaba el puesto de tirador, y provocó heridos de diversa consideración a los otros seis tripulantes del BMR.

Tras la explosión tuvo lugar un nuevo hostigamiento, que fue repelido por los integrantes del convoy, los soldados españoles se defendieron y garantizaron la zona para permitir la aeroevacuación de los heridos.

"En base a las primeras observaciones sobre el terreno y a los análisis realizados por estos expertos, se ha podido determinar que el artefacto era del tipo "plato de presión" y que contenía una cantidad de explosivo de alrededor de 12 kilos. Por tanto, un explosivo de elevada potencia y con gran capacidad de destrucción", aseguró la ministra.