Describen el ‘Homo Naledi’, una nueva especie entre ‘Homo’ y ‘Australopithecus’

- Científicos españoles han estudiado su tórax

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo internacional formado por científicos de varias instituciones, como la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo (Sudáfrica), la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) y el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC, España), entre otras, publicó este jueves en la revista ‘eLIFE’ la descripción del ‘Homo naledi’, una nueva especie de homínido cuya morfología se sitúa entre los géneros ‘Australopithecus’ y ‘Homo’.

Los fósiles analizados pertenecen al yacimiento Dinaledi, encontrado en la cueva Rising Star (Sudáfrica), que contiene los restos de un grupo de al menos 15 homínidos de esta especie en diferentes etapas de desarrollo, según informó el MNCN.

Con una capacidad craneal de alrededor de 500 cm3, mucho menor que la de humanos actuales, ‘Homo naledi’ tenía características muy cercanas al género ‘Homo’ en cuanto a masticación, manipulación y locomoción se refiere.

Sin embargo, por la estructura de su torso y el juego del tórax con la pelvis, aparte de la capacidad craneal, se acercaría más al ‘Australopithecus’, un género de primates homínidos que desapareció hace unos dos millones de años.

"No disponemos todavía de dataciones así que, de momento, no podemos saber cuándo vivió, pero morfológicamente los análisis sitúan a la nueva especie en el origen del género ‘Homo’", explicó Markus Bastir, investigador del MNCN.

Bastir añadió que los fósiles indican que “la evolución de aspectos tan importantes como la manipulación y la locomoción se produjo independientemente de la encefalización, es decir, del aumento del tamaño cerebral".

RESTOS DEPOSITADOS DELIBERADAMENTE

Descubierto en 2013, el yacimiento está situado en la cámara Dinaledi de la cueva Rising Star, cerca de Johannesburgo (Sudáfrica). Aunque apenas se ha excavado un metro cuadrado, en este lugar ya han encontrado más de 1.550 fósiles, lo que supone el mayor número de restos asociados jamás encontrados en el continente africano.

La importancia de este descubrimiento radica en que estos individuos no sólo pertenecieron a la misma especie, sino que eran una misma población, algo no muy frecuente en paleoantropología.

En España yacimientos como El Sidrón (Asturias) o en Atapuerca se ha encontrado algo parecido. Además, están representados la mayoría de los elementos del esqueleto. "Estamos ante una estupenda oportunidad para obtener información que nos permita reconstruir nuestra compleja historia evolutiva", apuntó Bastir.

Un aspecto importante es la hipótesis que sugiere que los cuerpos fueron colocados deliberadamente por sus congéneres en la cámara Dinaledi. "Aunque las condiciones de sedimento impiden por ahora una datación, los datos apuntan a que esta especie de ‘Homo’, morfológicamente primitiva, podría haber tenido unos patrones de comportamiento más complejos de los que le atribuimos en un principio", contextualizó Bastir, quien precisó que, “al no tener la referencia de la edad geológica, el significado evolutivo es difícil de determinar".

“Si la edad de los fósiles fuera más antigua de 2,6 millones de años (datación del fragmento de mandíbula que han descrito recientemente en la revista ‘Science’), los fósiles del ‘Homo naledi’ serían la representación esquelética más completa de un grupo de homínidos y la más antigua del género ‘Homo’. Si su cronología fuera menor de un millón de años, los restos encontrados serían la prueba de la coexistencia en África de especies del género ‘Homo’ muy diferentes entre sí", continuó.

APORTACIÓN DEL MNCN

Los resultados del trabajo de los investigadores del MNCN Markus Bastir y Daniel García Martínez, que están actualmente en fase de publicación detallada en el ‘Journal of Human Evolution’, se centran en el estudio del tórax. A partir del análisis de los fósiles de diferentes fragmentos vertebrales y costales, han determinado cómo era la estructura de esta parte del cuerpo del ‘Homo naledi’.

El tórax es un sistema anatómico complejo compuesto por más de 30 huesos entre costillas y vértebras. Los paleoantropólogos casi nunca cuentan con todos los elementos del tórax, muchas veces las costillas están fragmentadas y nunca disponen de los tejidos blandos que lo componen. "Averiguar cómo se articulan las costillas a las vértebras y las vértebras entre sí, así como deducir la curvatura de la costilla a partir de un simple fragmento del hueso, forma parte de una reconstrucción muy compleja", explicó Bastir.

García Martínez comentó que "eso es precisamente lo que hemos desarrollado en el laboratorio de morfología virtual de MNCN, una metodología que permite proponer reconstrucciones de una estructura tan compleja como el tórax a partir de alguna de sus partes".

Además, se ha determinado que, morfológicamente, el tórax del ‘Homo naledi’ era más próximo al de los individuos del género ‘Australopithecus’ que a los de humanos modernos.

(SERVIMEDIA)
10 Sep 2015
MGR/pai